Breve historia de los que ya no están

El autor tiene una forma de escribir muy cuidada, lo cual hace que la lectura sea muy sencilla y agradable, y que consiga trasladarnos a los escenarios del relato.
En la novela se suceden dos historias y escenarios: la de Laura, que se desarrolla en la fría Alaska; y la de todos aquellos que han muerto, quienes viven en una ciudad sin nombre y en la que permanecen mientras alguien vivo en la Tierra los recuerda.
La trama de la novela recae sobre la historia de Laura, pues es ella la que tiene que recorrer muchos kilómetros en solitario y a temperaturas difícilmente soportables. El autor, a la vez que nos relata el viaje de Laura, evoca al pasado por medio de los recuerdos de la protagonista y consigue mantenernos en vilo hasta prácticamente las últimas páginas, cuando se desvela el desenlace y, por lo tanto, el final del viaje de Laura.
El autor ha conseguido crear en mí una ciudad imaginaria en la que poder situar a todos aquellos que ya no están conmigo pero que, de una u otra forma, siguen presentes en mi recuerdo. Asimismo, ha conseguido despertar en mí el deseo de hablar a otros de ellos, de tal forma que siempre haya alguien que los recuerde, lo cual me permitiría reencontrarme con ellos en esa ciudad sin nombre.
La novela ha conseguido dejar una huella tan profunda en mí que creo que perdurará durante mucho tiempo.

Hace muchos años que leí esta novela y me gustó por su frescura y originalidad, aunque el final me resultase confuso y de ahí a que no entendiera muchas de las situaciones que había leído. Representa que la vida en la Tierra está terminando y la gente, cada vez más, va llegando a una ciudad sin nombre que representa ser el cielo. Si algo me quedó muy presente es que esas personas se quedan ahí, en el cielo, mientras alguien en la Tierra los recuerde por lo que, personajes como Einstein o Marilyn Monroe, por ejemplo, están destinados a estar allí para siempre. El caso es que están desapareciendo muchas de las personas que vivían ahí y solo quedan las que recuerda la que parece ser la única superviviente en la Tierra: Laura Bird.