(…) él era manso como un cordero, si bien ello se debía a la costumbre de sufrir más que a una natural bondad.
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(…) él era manso como un cordero, si bien ello se debía a la costumbre de sufrir más que a una natural bondad.
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Mi existencia se resumiría en dos frases: condenación y muerte.
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¡Quédate siempre conmigo, adopta cualquier forma, vuélveme loco! Pero ¡no me dejes en este abismo donde no soy capaz de encontrarte! ¡Oh, Dios! ¡Es indescriptible! ¡No puedo vivir sin mi vida! ¡No puedo vivir sin mi alma!
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Mi amor por Heathcliff es como la roca viva eterna sobre la que se levanta todo. No produce gran deleite visible, pero es necesaria.
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Nadie podia imaginar sueños inquietos a los que duermen bajo una tierra tan serena.
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Le di mi corazon, lo cogio, lo destrozo hasta la muerte y me lo devolvió.
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Esta es la tumba. La ame hace mucho tiempo y me destrozo perderla, pero paso. He amado a muchas otras desde entonces. Mis hijos me son mas queridos que lo fue ella y, cuando muera, no me alegrare de ir hacia ella, lamentare dejarles a ellos.
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Ojala pudiera retenerte hasta que estuvieramos los dos muertos.
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Aunque el la amara con toda la fuerza de su mezquino ser, no la amaria en ochenta años tanto como yo en un dia.
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Lo que estas tocando ahora lo puedes tener, pero mi alma estara en aquella cima antes de me pongas las manos encima otra vez.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises