Vera Brittain no tenía vocación de enfermera, pero dedicó sus mejores años, su juventud, a ayudar en una de las mayores catástrofes de la humanidad, la Primera Guerra Mundial. Con un estilo directo y sincero, pero a la vez poético, describe su experiencia y la de su hermano, prometido y amigos, todos ellos alistados. "Testamento de juventud" es una combinación única de narración, extractos de su diario personal y de la correspondencia que mantuvo con sus seres queridos durante aquellos años convulsos. En un día como hoy y en una situación como la actual, su mensaje sigue vigente: Basta con que un oficio sea calificado de "vocación" para que unas autoridades irresponsables se sientan con total libertad de ejercer un tipo de explotación que no halla excusas en su habitual disfraz de "disciplina". [...] de todas las profesiones especializadas, sigue siendo la menos ayudada [...] y la más oprimida por preocupaciones, crueldades, adversidades y normas innecesarias". |