Inventario de algunas cosas perdidas

¿Cómo podemos conservar en la memoria aquello de lo que ya apenas queda el vestigio, la sombra, el rumor? ¿Cómo insuflarle al recuerdo la sangre suficiente para que continúe respirando y nos guíe por el pasado, construyendo puentes de palabras e imágenes hacia el futuro?

Esto se pregunta Judith Schalansky en un interesante ejercicio imaginativo, partiendo de ciertos objetos, lugares y animales que, de un modo u otro, han desaparecido.

Lo material e inmaterial vive dos vidas: la presencia y la ausencia, y es precisamente en esta ausencia, en el olvido de sí, donde comienza el dictado de las palabras, de las fronteras, de los recovecos que definieron esta dialéctica.

Schalansky se vale a veces de su propio testimonio y otras veces de discursos imaginados, lo que permite que sea una lectura bastante inusual, ya que ninguno de los capítulos está construido o planteado de la misma forma.

El inventario como punto de partida para pasar lista a ese olvido me parece una idea fascinante, pero creo que en algunas de estas historias flaquea su propósito, incluso es difícil encontrar el punto de encuentro entre la pérdida real y la historia que la autora crea para poner de relieve esa existencia.

La idea primigenia de la que nace este peculiar ensayo (por intentar clasificarlo en algún género) me parece fascinante, de hecho el prólogo que antecede a la obra es tan bello y acertado que podemos justificar gracias a él la mayoría de los puntos ciegos que, sin embargo, también aparecen en este libro.

Pero quizá en eso consiste el trabajo incesante del olvido y la memoria, en que no todo es digno de recordar, de preservarse a las inclemencias del tiempo del mundo; al igual que hay ausencias que no pueden olvidarse.

Las ruinas, las islas, la poesía, las especies, los huesos, la cara oculta de la luna… estos y otros motivos utiliza la autora para componer este singular tesoro de variedades por descubrir. ¿Es, así, descubrir el principio del recuerdo o el final del olvido?

Tal y como nos propone Schalansky, todo saber nace del olvido; podemos aprender a recordar, pero no a olvidar.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..