Patas de astracán

Título: «Patas de astracán»
Autoría: Mar Braña Gancedo et al.
Edición: Torremozas, mayo 2020
ISBN: 9788478398362
Género: Narrativa contemporánea
Páginas: 110
Sinopsis:
Relato ganador y finalistas del XXXII Premio Ana María Matute
Opinión:
Este es un relatario particular compuesto por la ganadora y finalistas del XXXII Premio Ana María Matute. Son relatos de mujeres escritos por mujeres y en los que vamos a ver una variedad de temas que preocupan o en los que se han fijado sus autoras.
Para empezar esas «Patas de astracán» de Mar Braña, con las que abre el libro, son un acierto, por más que se diga fallo, del jurado. Aquí toca confesar que me encanta tanto el uso del lenguaje y las palabas que hace la autora como su humor y los temas en los que decide fijarse. Además, debo decir que tuvo la generosidad de regalarme el ejemplar del libro, conste esto como deba. Pero centrado en el cuento en sí, vale como ejemplo de su Literatura. Se fija en un personaje que podría pasar desapercibido para tantos, una chica humilde que entra a servir en una casa “bien” y pasa toda su vida limpiando y cuidando a otros. Mar va hilando su historia con toques de ironía y juegos de palabras que dotan de belleza y también profundidad al texto. Pequeñas frases aportan un matiz, un adjetivo certero clava una situación. Algunas no puedo reproducirlas porque, incluso siendo breves, aportarían información que podría destripar una historia sencilla pero brutal que me dejó aturdido ante la evidencia de lo que iba a suceder y que finalmente, como marca la lógica, sucedió. Una tragedia cocinada a fuego lento con su pizca de sal, pimienta y ajenjo. Un relato para se paladeado, en ocasiones hasta en voz alta. Un merecido relato ganador.
En cuanto a los seis restantes destacaré «La boda de Consuelo Ortiz», de Alicia Romano, y «Flroes para el bailarín» de Xita Rubert. Es curioso porque ambos relatos tienen a una bailarina como protagonista. En cierto modo tienen un aroma similar al relato ganador con mujeres que tomaron una decisión y se ven en cierto modo arrastradas por la marea de la misma. «Flores pare el bailarín» es para mí el segundo mejor relato del libro. Tiene algunos elementos narrativos que me gustan mucho como la proyección que hace la protagonista en el “bailarín” que ve al otro lado de su ventana, las múltiples capas de la verdad a lo Marsé y cómo los personajes se comunican con silencios y actos.
En los demás podemos encontrar un homenaje a Mary Shelley, un pseudo thriller y una historia de terror que, por el título, me hizo pensar que iría por un lado… pero no (supongo que un juego buscado para los que pudiéramos hacer la asociación) y el relato final que se me desinfló también por causa de mis expectativas. Me explico. Me pasó con «La visita de la mujer tuerta» que, según comenzaba, pensé que iba a tener el aire cortaziano de «La isla a medio día» y… bueno durante un momento tuvo esa parte mágica, tenía claro que no incurriría en el mismo giro, pero el que da el relato me desinfló un poco el cuento. Una relectura sin prejuicios me hizo apreciar más esta historia con una protagonista potente, de hecho, es el que más me gustó de este grupo.
En resumen, un relatario con propuestas interesantes que ya por el cuento de Mar Braña merece la pena y que se complementa muy bien con los de Alicia Romano y Xita Rubert, acompañados por los otros cuatro que dan variedad en cuanto a temáticas y tonos. Recomendable, sobre todo, para descubrir estas voces tan variadas.

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