“La lejía desinfecta, pero para eliminar residuos no es ninguna maravilla. Por eso no la uso hasta haber eliminado cualquier rastro de vida y de muerte del cuarto de baño.” ~ Mi hermana, asesina en serie de Oyinkan Braithwaite. Esta es la historia de dos hermanas, Korede y Ayoola. La primera nos narra la historia de la relación que mantiene con su hermana, menor que ella y a la que protege desde que eran niñas. El nivel de protección llega a tal extremo que Ayoola es una asesina en serie y Korede se encarga de ayudarla a deshacerse de los cuerpos. Narrada con humor e ironía, la novela se lee casi de una sentada y va armando la historia a partir de pequeñas historias del presente y del pasado de las dos hermanas. Ayoola asesina a sus novios. No tenemos claro por qué pero todos acaban mal. Korede trabaja en un hospital y está enamorada de Tale, un médico con el que trabaja y mantiene una relación de amistad sincera. Todo va bien hasta que un día Ayoola se presenta en el hospital y Tale queda locamente prendado de la belleza inaudita de Ayoola. Salvo algunos problemas de vocabulario con terminología nigeriana, el libro está escrito de manera sencilla y directa dando voz en primera persona a Korede. No es un thriller, es una novela entretenida con el trasfondo de hasta dónde somos capaces de llegar por nuestros seres queridos o más bien por asumir un tarea que consideramos responsabilidad nuestra. Los personajes me han caído antipáticos, no lo voy a negar. Ayoola por infantil e inconsciente; una persona que asesina en serie y no es responsable de sus actos. Korede por tener una personalidad incongruente: muy responsable pero asumiendo una responsabilidad excesiva. Y Tale, por dejarse llevar solo por el aspecto físico. al principio pensé que me iba a encontrar con una trama similar a la de la película “Tú asesina que nosotras limpiamos la sangre” y que si no habéis visto, os la recomiendo, pero la verdad es que no. |