Cuando Izzy se fue a la cama aquella noche nunca imaginó que al despertar su honor habría quedado mancillado. Unas cálidas manos acariciaban su piel y una tosca tez sin afeitar se apretaba contra su mejilla.
Aquello parecía un sueño maravilloso, pero no lo era. Lord Eppingham Julian Rowley había sido descubierto en su cama, y ella había afirmado que era su amante. ¿Por qué lo había encubierto Izzy?