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Crítica de MaiteMateos


MaiteMateos
08 October 2020
Novela que se ha relacionado y comparado siempre con La dama de blanco de Wilkie Collins. de hecho, fue éste autor, amigo de Mary E. Braddon quien animó a la autora a adentrarse en el género de la “sensation novel” o novela sensacionalista, muy popular en la Inglaterra Victoriana, que se publicaba por entregas semanales, precursora del thriller y la novela de intriga.
El secreto de Lady Audley comenzó a publicarse en 1861, en la revista
Robin Goodfellow, y a partir de 1862 en la revista Sixpenny Magazine.Finalmente fue publicada por William Tinsley en 1862 con un éxito impresionante de ventas. Hoy día diríamos que Mary Elizabeth Braddon sería una escritora de “bestsellers”. Escribió más de 80 obras, muchas de ellas de gran éxito, entre novelas, poesía y teatro.
El secreto de Lady Audley fue la más famosa de sus obras. Tenía todos los ingredientes idóneos para atraer al mayor número de lectores: escritura rica y elegante, un cuidado perfil psicológico de los personajes, romanticismo, suspense, bigamia, homicidios, locura, pero todo contextualizado siempre en el ámbito doméstico, en un entorno familiar y convencional. Esto último es lo que diferenciaba a la novela sensacionalista de la novela gótica, precisamente.
Y con todo, a pesar de su aparente trama frívola y excesivamente melodramática, destinada al puro entretenimiento de la clase social trabajadora, El secreto de Lady Audley esconde un mensaje subversivo, preñado de rebeldía. Hay en la novela un discurso de doble voz, según la terminología empleada por la conocida crítica feminista Elaine Showalter, y ese discurso se esconde tras el personaje de Lady Audley precisamente, que es al mismo tiempo villana y heroína. Tras una máscara de ángel de la casa, que responde al arquetipo ideal de la mujer victoriana, hay un verdadero yo oculto en diversas identidades: Helen Maldon, Helen Talboys, Lucy Graham, Lucy Audley y finalmente la que le impone la sociedad patriarcal, la de Madame Taylor. Cada cambio de identidad es un acto de desafío, salvo la última. Ella manipula su identidad en función de sus ambiciones y lo hace varias veces, empujada por la necesidad de sobrevivir e intentar prosperar en el mundo hostil del patriarcado. Lady Audley posee un yo oculto, tras una máscara de belleza, simpatía, amabilidad, ingenuidad, puerilidad incluso y tras ella esconde su verdadero yo, un yo surgido de la clase más humilde, un yo poco femenino, con aspiraciones masculinas que la conducen a cometer los actos más reprobables con tal de conseguir llevar ella misma el timón de su propia vida. En contraposición al ángel de la casa se convierte así en el ángel caído, en la mujer loca que socava las construcciones sociales victorianas. Aparece así el arquetipo de la mujer loca para justificar el comportamiento criminal, errático y poco femenino de la mujer. Pero la realidad, el auténtico secreto de Lady Audley es que no está loca. Está perfectamente cuerda y plantea el inquietante tema para la sociedad victoriana de que los límites entre la maldad y la bondad, entre las clases sociales y entre lo masculino y lo femenino no están nada claros. de hecho, todos los personajes de la novela, hasta el más burdo y envilecido, muestra facetas de un género u otro, independientemente de su sexo. Todos poseen identidades dobles, ambiguas y complejas respecto a su sexo. Seguramente por eso, muchos consideraban que la obra de Mary Elizabeth Braddon era indecorosa y subversiva.
Enlace: https://maitemateos.wordpres..
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