Una aventura no tan infantil, plena de elementos que atraen al público infantil. La noche de las brujas, ( Halloween ) la tradición norteamericana, los elementos que la conforman,,,Disfraces, trato o truco, la reunión, los cuentos de fantasmas, muertos y aparecidos, las casas “ embrujadas “ . Todo eso y mucho más dispuesto de una sabrosa manera, para disfrutar al calor de la hoguera, o servida con chocolate caliente. Y una rebanada de tu pastel favorito. Bradbury, toma elementos de aquí, de allá , de todas partes, para involucrar a 8 niños, en otros tantos sitios donde la celebración de la muerte, la vida, el renacer, el temor y la reverencia, se unen de la mano de las imposiciones de las creencias, logrando mantener el significado original, ligado a las imposiciones de nuevos dioses, nuevas creencias. Predomina en toda la narración, el sustento de esta creencia, el temor a la muerte, manifestada ancestralmente en la noche que sigue al día y lo que la oscuridad, depara, sobre todo desconocimiento, de lo que esta puede presentar. Y lo que la comprensión no alcanza a vislumbrar. Destaca esa tipología narrativa, el presentar a quien acompaña a los niños en su viaje, Mortajosario, y la presencia persistentemente ausente de Pipkin, El torbellino infantil hecho persona . y aunque sesgadamente. El pacto que realiza Mortajosario con los otros 8 niños. Bradbury conmovido por la celebración del día de muertos En México Concretamente en Pátzcuaro, en el estado de Michoacan ( donde la ciudad permanece desierta, pero los cementerios se encuentran llenos )dedica esta obra a su traductora Francesa Man-ha Garreu Dombasle. Es noche...debo superarla con la esperanza de ver brillar el sol el nuevo día. Sueño efímero, muerte permanente, esperanza eterna.... casi |