El hombre ilustrado

Los cuentos de Ray Bradbury son geniales. En pocas páginas logra desarrollar historias que me dejan con la boca abierta.

“El hombre ilustrado” reúne 18 de sus relatos de ciencia ficción. Todos muy distintos entre sí y presentados de una forma poco tradicional. Cada uno de ellos nace del cuerpo de un hombre misterioso. Serán sus tatuajes, lo que en la oscuridad de la noche cobrarán vida, llevándonos al futuro lejano, a la conquista de marte y del espacio.

Al leer estos cuentos te das cuenta de que el autor tenía una imaginación increíble. Pero si hay algo que me gusta, es como utilizaba estos escenarios fantásticos para ir un paso más allá y exponer temas profundos. En sus historias nos habla del ser humano, sus virtudes y defectos, como también de las clases sociales, el racismo, la familia y la religión. Además, Bradbury tenía una visión particular del futuro. Ya en 1951 nos advertía sobre el avance de la tecnología y del impacto que tendría en nosotros el uso excesivo de ella. Algo que el tiempo ha ido confirmando.

Ya seas fan o no de la ciencia ficción creo que es un libro que no te dejará indiferente. Quizás lo único que recomendaría es no leerlo de forma apresurada. Tomarse el tiempo entre un relato y otro para reflexionar lo que el autor nos quiere decir. Algo que en ocasiones puede ser tan sorprendente y conmovedor como la historia misma.

Es el tercer libro que leo del autor, y me sorprende por su visión al futuro. Es de esos autores que han hecho de la ciencia ficción una predicción, por lo que no me ha extrañado leer que era fanático de la ciencia y la tecnología. de igual manera, se nota como los efectos de la Segunda Guerra y todos los posteriores conflictos internacionales a nivel político, económico y social influenciaron en mucho sus escritos, por la visión pesimista del futuro de la humanidad.

En este caso se nos presenta un hombre cuyo cuerpo está totalmente cubierto de unos tatuajes muy llamativos y “mágicos”, que le dan el nombre de hombre ilustrado. Si observas con atención cada uno de sus tatuajes, corres el riesgo de caer en su hechizo y empezar a ver como en una película 18 relatos, cada uno más fantástico, sobre viajes a Marte, cohetes, futuros tecnológicos donde las familias se automatizan y dejan de pensar en los demás (¿les suena?). En fin, que debes tener cuidado, porque si llegas al final, es probable que te encuentres con un cuento sobre cómo será tu muerte.

Una buena y entretenida lectura.

Hace 40 años, tuve mi primer encuentro con Ray Bradbury, recibí de regalo una antología que incluía “ El Zorro y el Bosque “
El hecho de la ambientación en Mexico, y el viaje en el tiempo sin más ni más me fascinaron.
Ahora me he autoregalado el placer de leer integra esta “ novela “ compuesta de retazos . Y he encontrado que por nuestra relación no ha pasado el tiempo , lo he disfrutado como la primera vez.
Bradbury atenta contra todo lo cognoscible y perceptible, con solo un lápiz y papel. Transforma, trastorna y tergiversa esa percepción, le añade ficción, magia, fantasía, la traslada y arroja al espacio, a Marte su sitio predilecto, solo para darle la continuidad de la humanidad sin interpretaciones, aceptada tácitamente.
La cuestiona moral, filosóficamente y la deja expuesta para que cada quien tome lo que crea que le corresponde,
En este antología secuencial, el lienzo es un hombre que a través de la magia, ha recibido un tatuado especial, que cuenta la historia a quien lo observa, más aún se modifica y adapta a cada observador. Llevándolo hasta el final. No hay espacio ni tiempo determinados porque salen sobrando.
De esta forma el hombre ilustrado es solo un prologo, para desde la pradera llevar al hombre por la carretera hasta la ciudad, una mañana cualquiera, por su propio pie, bajo la lluvia rápido como un cohete, como un visitante de los globos de fuego,lo maneja como una marioneta, un desterrado, lo sacude como una mezcladora de cemento. Para abandonarlo en la hora cero, de la última noche del mundo.
Cuaderno de viajes, al interior al exterior, al espacio, en el tiempo para presenciar la muerte desde múltiples perspectivas. E invitarnos a elegir la propia.

Tal vez el libro más reconocido de ese Escritor sin necesidad de adjetivos, con mayúsculas, después de Crónicas marcianas. Yo había comenzado hace muchos, muchos años (Rocket man...), pero no lo había leído entero; tal vez demasiado empachado de Sci-fi.
La gran mayoría de los libros de ciencia ficción me aterrorizan o al menos me desasosiegan en extremo: ese vértigo espacial, ese estallido en el que se quiebran los límites, el retrato de la posibilidad de lo más grandemente horroroso que nos espera en algún recoveco de la Historia.

Bradbury, ese furibundo defensor de las bibliotecas (ese Héroe), fue uno de los autores que felizmente superaron la ingenuidad de las space opera (tipo Dan Dare o Flash Gordon, para entendernos) y crearon una nueva literatura. Cualquiera puede imaginar a Hamlet, o Don Quijote, o La señora Dalloway pilotando una nave espacial, o aterrizando en Marte, y gracias sobre todo a este magnífico escritor.

¿Nos encontramos aventuras, misterio, romance en estas páginas? Desde luego ninguna facilona adscripción a un género, ningún camino trillado surcaremos aquí. Sí podemos, con placer, leer muy elaboradas y sorprendentes fábulas morales, que nos muestran cómo los arteros atajos nos embaucan y llevan a metas inesperadas e indeseadas, cómo los trucos para manipular a los demás nos explotan en las manos, cómo los inventos para allanar nuestro camino al goce nos llevan a ese giro acre, atroz, a la tribulación. Uno acaba este libro estremecido, sacudido, y al mismo tiempo regocijado de haber probado una vez más la fecunda imaginación de este genio, de este pionero.

"El hombre ilustrado" está compuesto de dieciocho cuentos cortos. El prólogo y el epílogo están narrados en primera persona por un personaje anónimo. Los cuentos son de temática variada pero lo que los une es un hilo conector, cada una de esas historias es un tatuaje que tiene en el cuerpo este hombre ilustrado. de noche estas ilustraciones cobran vida y nos cuentan historias sobre el futuro, porque de allí vino la misteriosa viejecita que lo "tatuó" hace ya mucho años. Primero las personas se sienten atraídas por estas ilustraciones, porque si uno las mira fijamente se empiezan a mover y a contar cada una una historia diferente, hasta se puede escuchar sus pequeñas vocecitas. Pero al final, en la única parte de piel que no está cubierta por ilustraciones, les muestra algo que no desearían ver y terminan huyendo despavoridos, como todos, a pesar de que prometían no hacerlo.
Un cuarto de realidad virtual que muestra lo que uno quiere ver con el poder de la mente, hasta reproduce olores y climas, pero no es tan virtual después de todo. Astronautas que caen lentamente en el espacio luego de que su nave se averiara. Un hombre que construye un cohete en el patio de su casa para poder viajar a Marte. Un planeta cobra venganza sobre los humanos. Una granja en el medio de la nada que está absolutamente desconectada de lo que pasa en el mundo. Una lluvia que nunca se detiene en Venus. de esto y más tratan estos dieciocho cuentos.

Mis favoritos son: La pradera, El cohete, El zorro y el bosque, El visitante, La hora cero y La mezcladora de cemento.

Es la cuarta vez que leo este libro -porque es mi libro favorito de la vida- y no puedo evitar pensar, como las veces anteriores, qué imaginación asombrosa que tenía este hombre. Siempre recomiendo empezar por esta antología si no leyeron ninguna otra del autor, no decepciona.

Después de Fahrenheit 451 y Crónicas marcianas, este es sin duda el libro más celebrado de Ray Bradbury. al menos, entre los aficionados a la ciencia ficción. El hombre ilustrado (1951) es una colección de relatos que ya habían sido publicados anteriormente en diversas revistas de ficción literaria en los años 40.

Precisamente esa es la razón por la cual no existe un nexo de unión entre ellos. Cada historia es diferente y cuenta algo distinto. Para suplir esta carencia, Bradbury ideó un ingenioso recurso que, sinceramente, no llega a funcionar bien del todo.

Este recurso consiste en la presentación al lector de un vagabundo cuyo cuerpo está lleno de tatuajes. Han sido grabados en su piel por una misteriosa mujer viajera en el tiempo. Cuando alguien observa estos tatuajes durante cierto tiempo, estos cobran vida y cuentan historias. de ahí surgen los dieciocho relatos que conforman El hombre ilustrado.

Más allá de las cuestiones científicas (Bradbury nunca fue un escritor de ciencia ficción hard), los cuentos de El hombre ilustrado se distinguen por una narración fluida y atractiva, además por su derroche de imaginación. Hay que entender que algunos de los temas como propios de la época en la que los relatos fueron escritos: el miedo a la guerra nuclear o el entusiasmo de los primeros años de la exploración espacial, por ejemplo.
(Sigue en el enlace)
Enlace: https://humildelector.com/20..

Una premisa muy simple, por punto de partida: cada tatuaje cuenta una historia. Cada tatuaje que elegimos nos remite a un momento, a un sentimiento, a un recuerdo, a una parte de nosotros que queremos rescatar del olvido, del tiempo.

En "El Hombre Ilustrado", Ray Bradbury nos cuenta las historias ilustradas a través de tatuajes encantados o embrujados en el cuerpo de un hombre; tatuajes que él no eligió, que se mueven por las noches como los sueños; tatuajes entre los cuales hay dos que predicen el futuro.

La pluma de Bradbury es única y distinguida, infinitamente trascendental más allá de lo que pueda yo decir al respecto. Más allá del encuadre que ofrece el libro, queda claro que la ciencia ficción es la marca registrada del autor. Así, el contexto de futuro, los viajes espaciales y el desarrollo tecnológico brindan oportunidad de cuestionarnos tanto nuestra propia naturaleza como hacia dónde estamos caminando como humanidad.

Cada tatuaje cuenta una historia, y no es difícil imaginar por qué Ray Bradbury elegiría esta premisa para su libro de cuentos. Se vuelve una combinación única, una historia con base en fantasía que deriva en cuentos de ciencia ficción, de futuro, de planetas, de marcianos, de invasiones, de apocalipsis. Cada tatuaje cuenta una historia perfectamente descriptas a través de palabras para ser contemplada
como si fueran ilustraciones en un cuerpo tatuado.

El protagonista es un narrador anónimo, que conoce a un hombre con el cuerpo lleno de unos tatuajes (de ahí el título) muy especiales, con vida propia, que al mirarlos son ellos mismos los que cuentan su propia historia. Estos serán el hilo conductor del libro, 18 tatuajes, 18 relatos, con un final memorable.

“Fahrenheit 451” y “Crónicas marcianas” son, posiblemente, sus obras más conocidas, pero la faceta de Bradbury como escritor, visionario, humanista, soñador y maestro del género, va mucho más allá de esas dos obras. Sin ir más lejos, la canción “Rocket Man”, de Elton John, está inspirada en uno de los relatos de este libro; y la idea a partir de la que se desarrolló “Fahrenheti 451” está en una de estas pequeñas historias: “Los desterrados”.

Tenía pensado, en un alarde de ingenio, hacer una reseña con 18 razones para leer este libro. No lo voy a hacer, porque me sentiría un miserable reduccionista y me quedaría muy corto. Sería tan arrogante como definir el amor sin haberlo experimentado, y tan estúpido como intentarlo después de haberlo conocido.

Es muy difícil comprimir en tan poco espacio tanta genialidad. “La pradera”, el primero de todos, te deja una sensación en el cuerpo que aún me pone los pelos de punta al recordarla mientras escribo; “Calidoscopio” es una reflexión sobre lo que siente un hombre antes de morir; “La larga lluvia” tiene unas de las descripciones más demoledoras de la naturaleza que he leído en mucho tiempo, para disfrutar y aprender; “Marionetas, S. A.” es demasiado humano para no mencionarlo; “La hora cero” es una de las invasiones alienígenas más infantiles, alocadas y divertidas que recuerdo haber leído...

Te invito simplemente a que leas la introducción, que no tiene nada que ver con el libro y lo tiene que ver todo. Un camarero que baila cada noche con el único motivo de no estar muerto, y al mismísimo Ray Bradbury revelándonos el secreto de la vida eterna: escribir para no estar muerto. Y tú deberías leerlo, no sé si para no estar muerto, pero al menos el tiempo que dure su lectura, hará que te sientas un poco más vivo.

Otra recopilación de historias estupendas del estilo de Bradbury. Me ha gustado más que Crónicas Marcianas porque, aunque explora muchos de los mismos temas, es más variada y el tono de la narración es mucho más disfrutable.

Para cualquier amante de la ciencia ficción con un buen mensaje en cada uno de los relatos.

Lo disfruté un montón, desde la primera página hasta la última. El estilo de escritura es fluido y agradable, además, al estar dividido en distintos episodios, que podemos tomar como narraciones enmarcadas, que ocupan la mayor parte de la obra y que no tienen mucho que ver el uno con el otro, se hace mucho más llevadero de leer.