Una luz incierta

El libro se divide en varias etapas, como las partes que componen un gran plan, por lo que me vi en la necesidad de omitir varias cosas y así evitar spoilers tanto de éste como de los libros anteriores.

La historia comienza unos días después del final del segundo tomo pero la situación es la misma. Los sobrevivientes del ataque buscan la manera de salir con vida de Los Ángeles para llegar al otro cuartel de la Liga y recobrar fuerzas, y entonces atacar Thurmond para liberar a los más de tres mil niños y jóvenes encerrados.

Desde el inicio la autora nos muestra el panorama de destrucción que existe no sólo en el entorno de los personajes si no también cómo ha mermado toda esta guerra en la mentalidad de los niños y jóvenes.

Durante casi todo el libro Liam, Cole, Ruby y hasta Clancy, están en una constante lucha de poder, guardándose secretos y traicionándose, lo cual complica todas las misiones.

Los ánimos se desmoronan aún más cuando descubren que han perdido cierta información valiosa, pero vuelve con la pista de que la madre de Clancy está viva, pues ella fue quien desarrolló la cura para el “problema” de los poderes mentales de la que fue “víctima” toda esta generación de niños.

Por fin sabremos qué desencadenó las habilidades en los jóvenes y si realmente hay forma de resarcir el problema.

Por otra parte, Ruby quedó destruida internamente después de lo ocurrido al final del segundo libro, constantemente tiene ataques de pánico y severos casos de insomnio.
En algunas partes del libro parece ser más fuerte pero como lector te das cuenta de lo mal que está a nivel emocional, lo que es muy peligroso ya que Clancy podría aprovechar esas fisuras en su mente para hacer de las suyas.

En el final de esta trilogía nos vemos envueltos en toda esta maraña de catástrofes, con decisiones tontas, más pérdidas humanas y mucho dolor. Describiría este libro con una palabra “colapso”.

Lo angustiante del último tomo es que tanto los personajes como el lector deben estar siempre pendiente porque no sabes en qué momento habrá otra traición, ya sea que algún personaje lo haga de manera consciente o inconsciente pues está siendo manipulado mentalmente.

En “Una luz incierta” la autora realizó un constante juego de “te quito, te doy”, y tuvo éxito al manipular las emociones de personajes y lectores.

Entonces, el libro estuvo bueno aunque predecible en cosas importantes. Y la solución que se dio al final no fue de mi agrado pero tampoco había manera de darle un fin de “felices para siempre”, lo cual se agradece.
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