Kallocaína

Kallocaina es una distopia publicada en 1940 por la escritora sueca Karin Boye, dos datos importantes la autora se suicidó el 1941, y como referencia 1984 fue publicada en 1949.
Kallocaina se desarrolla en un Estado militarizado y policial, omnipresente y omnipotente que controla hasta los detalles más nimios de la vida de los ciudadanos que son formados desde niños por este Estado. El Estado es un organismo cuyas células son los hombres y mujeres, no existe concepto de individualidad ni menos de propiedad privada, hasta los hijos pertenecen al Estado, nadie es dueño de nada, ni siquiera de su vida.
En este contexto Leo Kall desarrollo una droga inyectable que provoca que la persona que es inyectada con ella revele hasta sus más íntimos secretos y pensamientos, el último baluarte de individualidad que quedaba se pierde, ya no se es dueño de nada ni siquiera de los propios pensamientos, hasta estos son punibles y perseguibles penalmente. El último baluarte de libertad se ha perdido.
El libro como buena distopia causa una sensación de desasosiego, de vulnerabilidad.
Dicen que la ciencia ficción es la manera en que una sociedad refleja sus miedos, este libro deja claro que uno de los mayores miedos es un Estado que absorba a los individuos, una sociedad en que las personas están al servicio del Estado y no al contrario.
Hay otro punto a destacar, son pocos los personajes femeninos del libro, uno es Linda la esposa de Leo Kall, se supone que en este Estado hay igualdad entre hombres y mujeres, que ambos tienen obligaciones para con aquel, Linda no lo ve tan así, siente que el único rol que se les asigna es el de procrear, ya hacía el final del libro expresa unas ideas que reflejan la posición de la mujer y como se siente ella ante lo que se supone se espera de ella como buena ciudadana, en este discurso hay un manifiesto feminista que no debería ser ignorado.
Karin Boye es una autora que en lo personal descubrí recién, por lo que averigüe fue más poetisa y ensayista que novelista. Me gustaría leer su poesía, tarea que dejo pendiente .

Karin Boye fue una poeta sueca que tuvo gran importancia en su país a principios de siglo XX. Se suicidó en 1941, un año después de escribir esta novela. Me parece un personaje muy interesante y del que quiero saber mucho más.
"Kallocaína" transcurre en el siglo XXI, en un estado dictatorial que ejerce un control sobre sus ciudadanos en prácticamente, todos los aspectos de su vida. La presión también viene fomentando un sistema de delación por parte de sus propias familias que hace casi imposible el poder tener una opinión contraria. Leo Kall es un químico que ha creado un suero de la verdad con el propósito de que los enemigos del estado ya no puedan tener donde esconderse.
La novela está escrita como si se tratase de las memorias del propio Kall, tienen un lenguaje totalmente subjetivo y el lector debe leer entre líneas lo que realmente piensa el protagonista. Resulta agobiante en muchos casos, tan solo la kallocaína les hace salir de su jaula mental y ser más humanos. Es curioso, en la novela, los humanos son aquellos que siguen las directrices del estado de manera ejemplar, todos los demás no tienen esa categoría. Son menos que eso, no son nada.
Se escribió antes de 1984 y aquí vemos muchos de los temas que se explotan en la novela de Orwell. Recomendable para aquellos que les gusten las distopías duras, sin fanfarria, tipo la novela de Orwell, Fahrenheit 451 o incluso El cuento de la criada.

‘Kallocaína' es una novela distópica publicada en 1940. El narrador es un científico que se encuentra preso desde hace años y nos hace llegar su historia.

Leo Kall vive con su esposa Linda en la Ciudad de la Química número 4. Son un matrimonio como tantos que transitan una vida entregada al Estado. No está permitido el individualismo y los ciudadanos están bajo la vigilancia continua del ojo y el oído policial. No hay intimidad ni siquiera en la habitación conyugal. Los hijos se tienen a través de las mujeres y pertenecen al Estado. Cuando se les asigna una profesión se despiden de sus familias seguramente para no volver a verse nunca más. El estado está en constante amenaza de guerra justificándose así la extrema vigilancia, para detectar desertores.

En este contexto nuestro protagonista desarrolla un poderoso suero de la verdad. No tiene efectos secundarios y destapa los secretos más oscuros tan solo unos segundos después de su administración. Es con la intención de acortar las investigaciones y evitar los errores en casos de delitos comunes que Kall desarrolla la poderosa Kallocaína pero todo cambia cuando se da cuenta del gran poder que tiene.

En cuanto se inician los ensayos con los voluntarios y el descubrimiento llega a las esferas policiales ven que la Kallocaína puede ser útil para detectar y denunciar los delitos de pensamiento. La Kallocaína llega donde no llegan el ojo y el oído policial.

Esta es la última novela de la autora sueca Karin Boye que se suicidó en 1941. Tenía 40 años. En la novela se reflejan sus tormentos personales y la angustia que sentía por el auge del totalitarismo.

Una novela que me ha fascinado y me ha descubierto a una autora a la que quiero seguir leyendo.

Todos tenemos secretos, la verdad absoluta no existe, la verdad le pertenece a cada uno. Eso es lo que nos convierte en individuos, pero además lo que establece separación a veces abismal de uno a otro, por mas que la vida sea en conjunto.
En base y fundamento a esto Karin Boye , influida por el nacionalsocialismo totalitario escribe esta distopia,donde una sociedad fundamentada en el Estado y que soslaya la individualidad donde una droga es descubierta y utilizada para llevar al receptor a liberar sus más íntimos secretos, esos que resultan subversivos, que alientan la separación, aunque sea imaginaria temporal o ligeramente liberadora de la opresión del estado, por tanto debe ser castigada. Y ante la reducción poblacional secundaria a una guerra reasignados a donde sus ideas no resulten peligrosas.
Leo Kall (que en sueco tiene dos acepciones, Vocación y frío) cientifico, inventor de la Kallocaína , como una importante contribución al estado. al observar su efecto y posibles usos atraviesa por diversas crisis, matrimonial, laboral existencial. Hasta ser atrapado y encarcelado por el ejercito enemigo y forzado a seguir con sus estudio, narra su historia, desde su laboratorio prision que se convierte en modelo de subversión.
Compatible con las diversas crisis de la autora, religiosa, de identidad sexual y de reticencia a aceptar los roles sociales masculinos y femenino.
Eternamente presa de su condición humana y sus crisis depresivas, finalmente se suicido con una sobredosis de barbitúricos. En total libertad descansando sobre una roca en un bosque, al abrigo de los árboles.
“ pequeña y gris en la muerte , liberada de batallas y dolores “ Töd Kamrad

Hacía mucho, pero mucho tiempo que no leía ninguna distopía y me he quedado con una sensación de satisfacción al leer este libro escrito por Karin Boye. Todo ocurre en una ciudad subterránea mientras que la vigilancia es exhaustiva y la individualidad brilla por su ausencia, el doctor Leo Kall químico y creador de una sustancia que hará que no exista la intimidad ni la libertad la famosa Kallokaína, veremos durante la lectura la transformación del pensamiento de Kall y lo que se mueve a su alrededor.

Tengo que decir varias cosas de este libro pero la primera que quiero decir es la sensación de “angustia” que he ido experimentando en la lectura, me explico, soy una persona que cuando se adapta a una rutina la interioriza, la hago mía y la disfruto, en este caso los habitantes de este lugar tiene unas pautas tan marcadas que llegan a ser asfixiante imaginarlo, comprendan aunque disfrute de las rutinas siempre puedo cambiarlas, el simple hecho de no tener opción me agobia.

Hablemos de los efectos de la Kallokaína, una droga que te deja literalmente al desnudo, arrancar a un apersona de privacidad, libertad, intimidad… una droga peligrosa, ya que no es solo su efecto, también el huso que se le daría, y la humanidad no para de demostrar que no siempre somos certeros en la utilización de ciertos elementos que descubrimos.

Me ha erizado la piel el tratamiento que se le da a las personas que se utilizan para los experimentos, como si no tuvieran otra elección, como si solo sirven para eso, sintiéndose culpables de las heridas producidas por otros experimentos realizados en sus cuerpos. Sin duda Kallokaína abarca muchísimo más de lo que soy capaz de escribir en esta pequeña reseña pero si puedo decir a modo de resumen que este libro de Karin Boye me ha hecho reconciliarme con las historias distópicas, envolvente, angustiante y llena de reflexiones. Un libro para leer lento pero sin pausas.
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