Siempre él

Empecé este libro con muchas ganas y me mantuvo enganchada desde el primer capítulo. Leí del tirón muchas páginas y estaba más que encantada. Sin embargo, por la mitad del libro me acabé aburriendo algo de la historia.

Es una novela romántica cuyos protagonistas, Jamie y Wes, no pueden ser más el uno para el otro ni encajar de mejor forma. Y cuando digo encajar, sí, también me refiero al sexo. Se describen escenas +18 explícitas y para mí esto fue bastante nuevo. El problema, para mí, es que acabaron siendo demasiadas y la trama no avanzaba demasiado aparte de lo que experimentaban. Esto me acabó cansando (¿siempre lo mismo?), y admito que me salté algunas escenas para ir a la trama, que me interesaba más.

Ambos son jugadores de hockey que se conocieron y vieron en un campamento y ahora se reencuentran tras varios años después de un suceso... chocante para ambos. Wes conoce su orientación sexual, pero Jamie no se lo había planteado tanto. La trama me gustó bastante: cómo se reencuentran, sus sentimientos (que en un momento acabé dudando de ellos y si era sólo atracción), su presente, su futuro... Y todo lo contra lo que se tienen que enfrentar como la homofobia o los padres.

Los personajes, no los principales, están tan desarrollados como su participación es para la historia. Me refiero, conocemos de Pat, por ejemplo, lo justo sobre su vida para entender su relación con los personajes, pero no va más allá. El libro centra el foco en Wes y Jamie y, en esta ocasión, no me ha resultado tan obvio ni personajes muy ambiguos.

La narración, las plumas de las autoras, en ocasiones me parecía que se pasaba con el vocabulario obsceno, y no sólo en las escenas +18. No sé si ellas escribirán siempre de la misma forma, pero cuanto menos me ha parecido curioso.

Por último el final me ha gustado bastante, volví a conectar con los protagonistas y creo que es una conclusión justa para con la novela.