No sé cómo calificar esta historia. No sé ni por dónde empezar a contaros los sentimientos que me ha generado. Es una maravillosa historia de amor; de amor de pareja, de amor fraternal, de amor del que hace sentir envida. Una locura agridulce que me ha dejado tocada y que me ha mantenido con el corazón encogido un buen rato después de cerrar el libro. Y a pesar de parecer una bipolar, os diré que he acabado llorando y riendo a la vez en sus páginas. Como digo más arriba, he sentido envida, envida de esa familia, de esas ganas de vivir y reír. Me entraban unas ganas locas de invitar a mis hijos a saltar sobre los sofás y cantar como posesos. Más envidia de ese amor que nace a pesar de que saben que no será fácil. Frase tras frase dignas de subrayar, pero os dejo con estas: - "No sé como los demás niños pueden vivir sin mis padres" - "Había encontrado a un don Quijote con falda y botas que todas las mañanas, con los ojos apenas abiertos y todavía hinchados, saltaba sobre su jamelgo y le golpeaba frenéticamente los flancos para salir al galope e ir al asalto de sus lejanos molinos cotidianos.' ¿Recomendaría este libro? Sí, sin duda alguna. Es una dulce agonía, una amorosa locura, una ternura extravagante |