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"Ver es ver, sin más. Mirar, en cambio, es abrirse de adentro hacia fuera. La mayoría ve el mundo que le dibujan; solo muy pocos miran el mundo que está más allá del dibujo". Estas primeras líneas de su sinopsis, hicieron que postulara por este libro de Edgar Borges en la última #masacritica. Me parecían en un inicio que invitaban a un viaje introspectivo. A mirar más allá. Es complejo hacer una reseña de este libro, intentar resumir las diferentes tramas que en él se dan. Digamos que la historia está dividida en dos partes: por un lado, se narra el viaje en tren de alguien que quiere recuperar a su pareja después de una ruptura traumática. Un personaje ambiguo que no ha resuelto sus propios conflictos. Su destino es llegar a la calle 11. De otro lado, se están sucediendo unos crímenes extraños en la calle 11. Afectan a gatos, gitanos, transexuales, inmigrantes y otros miembros de comunidades marginadas. El inspector Chapman y el detective Colussi están al frente de la investigación. ¿Conseguirán resolver el caso? El libro me ha dejado sentimientos encontrados. Por un lado, el autor juega mucho a la confusión, a la ambigüedad y a meter al lector en un laberinto que parece sin salida. Creo que muchas veces me he perdido en ese laberinto y no he sabido captar del todo el mensaje del autor. Por otro lado, la forma de escribir de Edgar me ha gustado. Hábil para crear mundos, subtramas y esa mezcla de fantasía o realidad que te deja confundido páginas enteras. Mi recomendación si te decides a leer "La Contemplación" es que vayas sin expectativas y dispuesta a tener tu propia interpretación. Estoy segura de que no habrá dos iguales. + Leer más |