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Nikki Rendix es una contrabandista de Tásidar, un planeta con tecnología muy avanzada que está en negociaciones para colaborar con Mistval, otro planeta cercano que no está tan desarrollado. Una serie de ataques en plena negociación hará que se activen todas las alarmas y se crucen los caminos de Nikki y Lux, un agente que tratará de atraparla. Mientras tanto en los hombros de la joven soberana Rin, de Mistval, recae la responsabilidad de decidir si su planeta acepta las colaboraciones con Tásidar. Nos encontramos ante una historia del subgénero "space opera" muy política y con tintes que recuerdan a los debates que podemos ver en las películas de Star Wars, en el senado. La autora nos presenta tres narradores que, en algunos puntos de la historia, se conocen y que están conectados entre ellos. Nada es a la azar. Las tramas de Niki y Lux han sido las que más me han gustado, porque era donde se concentraba la acción y la aventura de la historia, mientras que Rin está envuelta en una vorágine de política, dudas y decisiones. El final me ha sorprendido bastante, porque no me esperaba algo así y, en general, me ha resultado una lectura ágil e interesante pero que, para mí, pasa sin pena ni gloria. Me ha gustado porque, irremediablemente, me traía a la mente Star Wars y es una historia que está muy bien escrita pero, no sé si ha podido ser por el momento en el que la he leído o qué, pero no me ha entusiasmado tanto. En general, una historia llena de política e intrigas que hará las delicias de aquellos que disfruten con la ciencia ficción o de aquellos a los que, como a mí, os apasione Star Wars. |
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