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La maldición de un hada termina con la armonía entre humanos y feéricos, sin embargo años después hay quienes están dispuestos a restaurar la paz entre ambos bandos y la clave reside en Elvia, una joven mitad hada y mitad humana que acudirá a la corte como puente para unir de nuevo a los dos reinos. Allí se encontrará con el príncipe maldito obligado a convertirse en bestia con cada luna y con el que tiene mucho en común a pesar del desprecio con el que la trata. Esta novela de fantasía nos traslada al mundo mágico de las hadas en el que viven enfrentadas a los humanos por acontecimiento ocurrido años atrás que ha repercutido negativamente tanto en el mundo feérico como humano. Una historia diferente, con plot twist finales impensables permite una lectura dinámica a pesar de sus más de 600 páginas gracias a capítulos cortes y a la fresca a la vez que sutil pluma. La primera mitad del libro puede resultar un poco introductoria dado que se trata de un libro autoconclusivo pero a pesar de tener un ritmo algo más lento resulta muy ameno. La protagonista y su viaje personal a lo largo de la historia me ha maravillado. Mitad hada, mitad humana siente que no encaja completamente en ninguna parte y ese sentimiento es el nexo de unión con Váldemar, el príncipe maldito que también se ve condicionado por esa maldición que ha impedido que se convirtiera en el hombre al que estaba destinado a ser. La evolución que viven ambos personajes tanto juntos como por separado llega al corazón. Secretos, intrigas, confabulaciones, obligaciones... todo tiene cabida en esta fantástica novela que mantiene en vilo al lector dejándolo expectante ante un final inesperado. |
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