Las mujeres, somos una suma de pedazos que nos complementa y nos llenan de vida. Emilia, era un cántaro a punto de estallar, necesitaba esa gota que rebosara para que reventara en mil pedazos. Cada pedazo era un dolor, una herida, un silencio, una palabra no dicha a tiempo, hasta que llega ese momento donde todo sale a flote. Ay quejas a sus familiares, a su esposo, a su hija, hay recriminaciones a ella misma por gaurdar por tanto tiempo silencio, por soportar, por tolerar y nunca levantar la voz. De muchos silencios están llenas las vidas de nuestras madres, abuelas, amigas y allegadas y en algún momento deben de hablar, por eso Piedad con este libro "qué hacer con estos pedazos" nos dice que siempre debemos hablar y decir que no nos gusta, de reclamar y porque no abandonar lo que nos quita nuestra tranquilidad. Me recordó a mi mamá, no solo por conversaciones que sostenía con ella sobre el matrimonio si no también por Angélica, una de las mujeres del libro, que hace parte de esos silencios de Emilia y de esas relaciones enrarecidas entre hermanos. Así que es un libro corto que deja alegrías y a mi al final lágrimas porque en ocasiones callamos tanto palabras de amor como de dolor. |