Salvada

De nuevo me he encontrado con una novela que difícilmente se puede categorizar dentro de un género literario y esta circunstancia me encanta puesto que a menudo (como es el caso de Salvada) significa que me ha dejado descolocada y que consigue una narración y un argumento completamente nuevos y originales. En el libro podemos encontrar grandes dosis de fantasía oscura, terror, acción y hasta una historia de amor de la que conviene no avanzar nada. C. J. Bonn en su propia sinopsis ya nos advierte que no se trata de una historia inédita, nos deja clara su inspiración en el Apocalipsis y el Libro de Daniel (especialmente en lo que se refiere a sus visiones apocalípticas por lo que hemos podido comprobar). Sin embargo, partiendo de esta fuente creativa, nos ofrece un lore renovado y actualizado, con un estilo narrativo fresco y que encaja perfectamente con el universo que nos presenta.

Débora se despierta en una cama de hospital después de casi cuatro años en coma. Sin embargo, el mundo que encuentra no tiene nada que ver con aquel que recuerda. Sin apenas tiempo para hacerse a la idea o poder informarse de la situación, irá descubriendo que ahora vampiros, muertos vivientes, trasgos y, sobre todo, la maldad puramente humana, pueblan el planeta y aquellos no marcados (como ella) se ven obligados a huir de un destino que parece hacerles elegir entre la pérdida de su vida o de su alma. Poco a poco irá siendo consciente de todos aquellos sucesos que han conducido a la situación caótica actual y de cómo el Anticristo parece haber obrado encarnado en un poderoso presidente en coalición con el Vaticano.

Cabe señalar que, a pesar de haber mencionado monstruos muy típicos en la literatura de terror, los que nos presenta la autora son una reinterpretación muy particular y poco tienen que ver con los que pueblan el imaginario colectivo. Aunque se nos anuncia como una reinterpretación del apocalipsis tradicional, cuesta bastante identificar los elementos originarios de éste gracias a la particular versión que nos ofrece la autora (por ejemplo me ha llamado especialmente la atención la manera de relatarnos los sucesos previos a los acontecimientos que se narran en el libro donde he creído identificar esos cuatro jinetes portadores de las tradicionales desgracias). Por otra parte, me ha encantado que se nos ofrezcan diferentes puntos de vista y que los capítulos sean cortos y que contribuyan incluso a esa confusión que nos hace más partícipes del universo caótico y gris con el que nos encontramos llegando a conocerlo poco a poco y en cierto sentido al mismo tiempo que la propia Débora.

El trato que se les da a los personajes me parece sublime y la idea de que ellos mismos puedan ser sus propios enemigos con sus batallas internas, el pasado que les atormenta y sus demonios. Hay grandes reflexiones sobre resiliencia que nos ofrece el libro y en este sentido es especialmente destacable el personaje de Carla. Por otro lado, la autora no nos da toda la información acerca de lo que ha ocurrido e incluso sobre la significación de la propia marca, algo que, si bien mi curiosidad hubiese querido despejar, también es cierto que forma parte de toda esa oscuridad que proyecta la novela. C. J. Bonn nos ofrece momentos de infarto, desgarradores y de auténtico terror, todo ello enmarcado en un mundo de auténtica pesadilla que, aunque con una base anterior, ha conseguido hacer suyo magistralmente.