Mémoires inédits : Les Cahiers Rouges

MÉMORIAS INÉDITAS de la Princesa Matilde Bonaparte

Matilde Bonaparte fue una princesa francesa hija de Jerónimo Bonaparte, hermano de Napoleón que llegó a ser rey de Westfalia (en Alemania) y de Catalina de Württemberg. Fue un personaje de primera importancia durante el gobierno de su primo hermano Luis Napoleón que llegaría a ser emperador con el nombre de Napoleón III.
Estas memorias según reza la introducción al inicio fueron publicadas incompletas debido a reticencias del heredero del manuscrito y de la ex emperatriz Eugenia quienes no quisieron ventilar algunas intimidades de la familia Bonaparte y gracias a la editorial Grasset (que dicho sea de paso es una de las pocas francesas que vende sus e-books a todo el mundo) se pueden leer ahora completas.
Matilde, como ella misma dice, empieza su historia desde su más tierna infancia, haciéndonos recordar que es una exiliada desde la cuna, como muchos de los niños de la familia Bonaparte, quienes, luego de la caída de Napoleón y el Congreso de Viena siguieron diferentes destinos fuera de Francia pues fueron desterrados por los gobiernos venideros. Es así que en estas memorias fundamentalmente conocemos (y eso me pareció muy interesante) la vida de exiliados que siguieron muchos de ellos.
Desde luego la princesa Matilde habla mucho de sí misma y su entorno de manera muy íntima, que es lo que uno espera al leer memorias, narra cómo se sentía mucho más ligada a su niñera la Baronesa de Reding que a sus propios padres. Jerome, su papá, era un hombre con muchas amantes tal como ella misma lo dice, llevando su descaro hasta hacer vivir a una de ellas (la marquesa de Azzolino) en la casa con su mujer y sus hijos. Mientras su madre, apenas le prestaba mucha atención a sus hijos y más prefería a su libertino esposo, siendo una madre muy fría y poco cariñosa.
También nos cuenta su crianza aprendiendo arte, historia (que le encantaba) y música. Conoció a muchos personajes de la época y de la familia Bonaparte, entre ellos cita a la reina Hortensia de Beuharnais (madre del futuro Napoleón III) a quien describe como una mujer sin parangón con una capacidad de convencimiento y trato muy especial, a quien sin embargo su madre detestaba. Su tío el rey Luis (ex esposo de Hortensia) le pareció un personaje muy indeseable desde que aquejado de una enfermedad y con un carácter muy renegón hablaba siempre mal de su ex esposa y de sus propios hijos. Trató en vano de estar con otras mujeres según nos cuenta Matilde. También nos cuenta del cariño que sintió por su tía Julia Clary (ex esposa de José Bonaparte) quien dedicó su vida a sus hijas: Zenaida que se casó con su primo Carlos Bonaparte (hijo de Luciano) y Carlota quien se ligó al inicio a Napoleón, hermano mayor del futuro Napoleón III.
Toda esta vida de una familia enorme desterrada es muy bien contada y nos da muchos alcances de lo que tuvieron que pasar entre sus continuos viajes muchas veces expulsados o por previsión de cualquier escarmiento social. Es así que Matilde pasó también a vivir a Florencia donde estuvo mucho tiempo.
Como casi toda la familia Bonaparte al parecer trató de casarse entre sus miembros Matilde no fue la excepción. Es bien sabido que fue prometida inicialmente a Luis, su primo, quien llegó a ser Napoleón III y se casó con la futura emperatriz francesa Eugenia de Montijo. Matilde aquí nos cuenta varios episodios en que se sentía atraída hacia su primo de alguna manera y él al parecer también. Su arreglo fue hecho por su propio padre y a Matilde le pareció muy bien. Luego nos cuenta cómo se enteraron del asunto de EStrasburgo donde Luis fue arrestado por una tentativa de subversión y toma del poder en Francia lo que constituyó un escándalo para los Bonaparte que estaban exiliados pues obviamente los indisponía con todas las potencias que siempre los miraban muy mal.
Aquí Matilde nos da muchos datos de cómo su compromiso se rompió y algunos de sus pensamientos.
Luego también nos habla aunque no tan extensamente de su relación con su esposo el Sr. Demidoff, de cómo su padre arregló su matrimonio y las penurias por las que tuvo que pasar primero de viaje en viaje y luego una estancia en Rusia, donde el zar en persona y las personalidades de la época la acogieron muy bien.
Sin embargo, como la princesa lo anota en cada momento ella soñaba con estar en París, que no conocía desde su nacimiento, que para ella era la tierra prometida.
Lástima que las memorias terminen aquí y no salga a la luz la parte más digamos interesante que sería su desenvolvimiento durante el gobierno de su primo y durante el segundo Imperio donde fue una mujer que estuvo rodeada en su círculo de lo más selecto de su época, poetas, escritores, pintores y un largo etcétera.