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«La amortajada» es como un compendio de todo lo escrito por ella, que lamentablemente no es mucho, la historia tiene numerosos puntos de unión con «La última niebla», «El árbol» o «La historia de María Griselda» y, como en estas, pone claramente de manifiesto cuál es la principal obsesión de la autora: el amor intenso, irrealizable, insatisfecho de una mujer. La historia no es en realidad nada especial, una mujer que abandonada por su gran amor se casa con otro por despecho y, aunque termina por amar a su marido, ese amor llega demasiado tarde. Sin embargo, el punto de vista, el de la mujer recién muerta, y el habitual estilo poético de la autora hacen de esta novela algo especialmente hermoso. Dicho esto, me gustaría comentar con ustedes un tema que no ha dejado de resultarme confuso en cualquiera de las lecturas que he hecho de Bombal, y es su relación con un supuesto feminismo que muchos, más bien muchas, le atribuyen. Es algo que me resulta muy curioso porque, si nos atenemos a sus expresas declaraciones o, como digo, a sus propias narraciones, todo parece indicar lo poco que la causa feminista le interesaba, al igual que cualquiera otra cuestión social. de hecho, Bombal era una mujer de ideas muy conservadoras. Se puede decir que fue una mujer libre, que hizo lo que quiso y que ello ya de por sí tiene una significación feminista, aunque no es menos cierto que siempre vivió desde la aceptación de unos valores tradicionales de la mujer que entendía como consustanciales a su naturaleza femenina. No niego que haya que poner en valor el hecho de que sus heroínas transgredieran las normas: expresaban una fuerte sexualidad y se sentían a gusto con ella y con su cuerpo, cometían adulterios y vivían amores prohibidos a los que se entregaban intensamente sin arrepentimientos, nunca hacían de la maternidad un objetivo ineludible y hasta se mostraban indiferentes hacia Dios o lo religioso. Pero también es verdad que todos sus personajes femeninos representaban claramente su idea del carácter eminentemente sentimental de la mujer, dejando lo racional al hombre, enfatizando una especial relación atávica y hasta mítica con la naturaleza, y, por encima de todo ello, identificando la realización personal de la mujer con el amor al hombre y su entrega a él en cuerpo y alma. “¿Por qué, por qué la naturaleza de la mujer ha de ser tal que tenga que ser siempre un hombre el eje de su vida? Los hombres, ellos, logran poner su pasión en otras cosas. Pero el destino de las mujeres es remover una pena de amor en una casa ordenada ante una tapicería inconclusa." Por eso me hace cierta gracia los esfuerzos por conciliar a Bombal con el feminismo. Hasta he llegado a leer que lo suyo fue una estrategia para utilizar el patriarcado en su beneficio o que ella misma no era consciente de su feminismo ni de la opresión a la que estaba sometida y de ahí que aceptara su situación de tan buen grado, o que esa necesidad de refugiarse en lo onírico o de fundirse con la naturaleza de sus personajes era, no solo una denuncia de la frustración ante el papel social que se le imponía a la mujer, sino una forma de oponerse al “mundo práctico y racional” del hombre o de sumergirse en un terreno en el que la mujer reina sin tener que someterse a las normas masculinas, cuando a mí me parece que sus personajes femeninos únicamente buscaban defenderse de alguna forma de sus amores frustrados y que su literatura era un grito de rabia hacia el sino de la mujer tan infeliz como insoslayable. “El hombre es el intelecto, sabe más, es the power in the throne, mientras que la mujer es puro sentimiento. Yo creo que el amor es lo más importante en la vida de una mujer.” ¿Tanto esta declaración como toda su obra se puede interpretar como una denuncia de la situación de la mujer? Quizá, aunque a mí me suena fuerte y claro a una declaración de principios, de la misma forma que su obra me suena fuerte y claro a gran literatura que, feminista o no feminista, no precisa de nada más para ser admirada. |
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