—(…)Los hombres siempre hacen lo que creen correcto, por desgracia, aunque estén equivocados. Y también es un hecho que para una mujer es inútil intentar llevar a su marido por la senda adecuada. Fingen entendernos durante un tiempo, pero en el fondo nos consideran débiles y tontas, y así provocan su propia ruina.
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