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La novela nos sitúa en Londres, en la época en la que la reina Isabel I condenaba las prácticas católicas, por lo que todos ellos tenían que mantenerlas en secreto. El padre de Katherine será asesinado por esto y esto hará que ella busque venganza. Además, descubre que su padre estaba metido en una conspiración para asesinar a la reina, por lo que es la excusa perfecta para llevarla a cabo. Más tarde tendrá que fingir ser un chico (Kit) para poder infiltrarse. Se nos presenta como un personaje fuerte y con convicción, aunque para mi gusto ha sido algo pasiva en situaciones importantes. Un personaje que sí me ha convencido es Toby, la cara opuesta de la moneda: un espía de la reina que busca detener el complot. Un personaje dinámico, un poco distante por su labor pero muy fiel a lo que siente. También aparece Shakespeare, un personaje que me ha encantado por su excentricidad. Además, tiene toques de humor que aportan dinamismo. La pluma de la autora me ha parecido muy fluida y adictiva, logra que visualicemos la ambientación, adentrándonos fácilmente en el contexto histórico de la época y entendamos la situación de los personajes. Es una historia sencilla, algo predecible, pero entretenida. El romance me ha gustado mucho, puesto que no es algo repentino y va poco a poco avanzando. Realmente, no es lo que más protagonismo tiene en la historia, pero le da un toque. Para el buen ritmo que mantiene la novela, el final me ha parecido demasiado precipitado. |
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