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Crítica de GuadalupeVazquez


GuadalupeVazquez
29 October 2019
Si hay algo que me enamoró de esta trilogía y de Liliana es la manera que tiene de narrar.
La continuación de este libro es más crudo que el anterior, pero la poética que usa y las metáforas hacen que esas situaciones, si bien están ahí, se alivianen un poco o se sientan situaciones más mágicas que otra cosa.
El libro y la prosa reflejan muy bien la ingenuidad de aquellos pueblos originarios ante un enemigo que prácticamente desconocían. Esa necesidad de otorgarles nombres que pudieran identificar, como Mago o Sombra, Muerte u Odio. Los animales de cabellera, las armas que escupen fuego, el polvo gris.
Además, también refleja muy bien esos valores que poseían y que eran bastante diferentes a los de las civilizaciones que llegaban para arrasarlos o de los que poseemos actualmente.
Siento que hay un montón de cosas que hablar sobre y en este libro, pero lo que más me llamó la atención en esta segunda parte en especial fue la necesidad de perseverar (o no) que tenían los diferentes pueblos.

[ "—Dentro de escasos soles se abrirá la Puerta que permite a las criaturas, una vez cada cincuenta y dos años del sol, atravesar la frontera de los Tiempos. Los que decidan cruzarla tendrán que someterse al rito del fuego, sin el cual no hay tránsito posible. Dice la sabiduría que así llegaremos al Tiempo Mágico. Allí, y sólo allí, podremos permanecer a salvo de la devastación de Misáianes. Y con nosotros permanecerá nuestra lengua, nuestra medicina, nuestro color, nuestro destino…
[..]
«¿Y aun si llegáramos al Tiempo Mágico, seríamos los mismos de hoy? ¿Tendríamos nuestra carne y nuestros dientes?» No lo sé. [...]
—Entonces, ya no seremos nosotros los que volveremos —se alzó una voz de mujer.
—Seremos y no seremos —respondió Zabralkán. [...]
—Ésta es una ciruela —Zabralkán rompió la fruta por la mitad—. Y éste es su carozo. Si pudiéramos poner este carozo a salvo de toda destrucción y sembrarlo dentro de muchos años recuperaríamos las ciruelas. Pero no esta ciruela —Zabralkán engulló la pulpa amarilla—. Ésta no, aunque quizás sí. Como sea, recuperaríamos el propósito de las ciruelas." (hide spoiler)]

Esta conversación me pareció hermosa y, a la vez, tan triste. Disfrazada de megia, se le intenta dar esperanza a un pueblo que enfrenta la invasión de los enemigos sin un ejército para defenderse. Tienen dos opciones: pasar por la puerta mágica o huir. Y lo más interesante de todo esto es aquello que se establece en la conversación. Este pueblo está decidido a pasar por la puerta mágicas, a salir del Tiempo Solar para ingresar al Tiempo Mágico con la única esperanza de preservar, de esa manera, las costumbres de su pueblo y poder regresar, en un futuro, cuando los invesores ya no amenacen sus tierras.

En cambio:
[
"—Si actuamos con sabiduría y coraje es posible que nos mantengamos vivos. al menos, vivos —insistió el Brujo.
—¡Ninguno de mi pueblo desea estar «al menos vivo»! —el lulu perdió de pronto sus buenas maneras.
—Permanecer —dijo Welenkín—. Permanecer es el único modo de regresar un día.
—No es ése nuestro pensar —dijo uno de los dos lulus que hasta entonces se habían mantenido en silencio—. Permanecer de cualquier modo es siempre la decisión de las criaturas más sencillas y de las más soberbias. Una mosca azul decide permanecer. Una criatura humana decide permanecer. Un lulu decide extinguirse intacto. Intactos nos iremos de la Tierra… Es nuestra decisión irrevocable.
—Que así sea —aceptó Welenkín.
—¡Alégrate por nosotros! —dijo el tercer cola amarilla—. El Increado no tendrá forma de rozarnos con sus brutales designios. Nos iremos antes de recibir un rasguño por donde pueda penetrar su suciedad. Vuelve y diles a los demás que mi pueblo partirá al galope. Ásperos como siempre hemos sido, libres hasta del prójimo. Ya no hables de rencor, vecino. Solamente diles que galoparemos para ser lulus hasta el final." (hide spoiler)]

Había pueblos que preferían morir y desaparecer antes que ser tocados por la maldad o por esos pueblos que venían a invadirlos.

Es un libro para analizar bastante, para hablar y hablar y tomar consciencia de lo que la sed de conquista, de oro, de tierras y de poder hizo en otros seres que eran tan humanos que los que venían desde tierras lejanas. Que sentían, lloraban, eran lastimados, sonreían y vivían como cualquier otro pero fueron violentados, abusados y despojados de sus derechos solo porque otros se creían más. Y, aunque realmente duela decirlo, sigue sucediendo una y otra vez en la actualidad.
Enlace: http://www.instagram.com/los..
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