Mario Blázquez ha estado muy vinculado al mundo audiovisual. “La noche divide el día” es su tercera obra narrativa a pesar de que ha realizado trabajos como guionista de cortometrajes y su amplio bagaje cultural le ha proporcionado un gran número de influencias literarias, musicales y cinematográficas. Dieciséis es una nueva editorial que arranca con ilusión y nuevos proyectos literarios que trata de acercar otro tipo de literatura al lector. La obra de Mario nos invita a leer siete relatos escritos con una narrativa fluida, exquisita, expresiones retóricas y toques poéticos que, aunados a la influencia cineasta del autor transportan al lector a unos parajes completamente visuales, reales y vívidos. Cada relato es único, contados tanto en primera como en tercera persona, nos presentan a una serie de personajes, con los que es fácil empatizar debido a su cotidianidad, a los que les sucede un acontecimiento que desencadena una serie de hechos y los condena al abismo de la oscuridad. Mario focaliza la atención más que en la acción en la psique y los comportamientos guiados por impulsos o profundos deseos introduciéndose en las mentes humanas de manera formidable. La ambientación tan ensombrecedora, turbia y perturbadora como las historias consiguen transmitir esa atmósfera asfixiante, de aura oscura, desilusionante y fatídica. Así mismo, la creación de lugares sombríos y misteriosos que convierten a los protagonistas en seres desgraciados, hastiados, vacíos, monótonos y marginales, tal como he mencionado anteriormente, es sublime. Pues mientras el lector se adentra en el relato puede incluso sentirse atrapado y vislumbrar de primera mano la historia vivida por el personaje. En las historias nada es lo que parece, contienen giros inesperados, finales abiertos y situaciones completamente desconcertantes que dejan al lector confuso y estupefacto. Los temas tratados navegan en torno a la figura mental de la persona y lo que un determinado ambiente o las relaciones interpersonales puede provocarle llegando a alcanzar el límite interior del vacío, la desolación y la soledad. Los problemas y situaciones que se plantean pueden ser controvertidos y llegan a cuestionar la moral y filosofía de los personajes. De forma general, me ha resultado una lectura agradable, impactante y desconcertante, en algunos casos. Los finales abiertos me dejaban con un sinfín de dudas y teorías y la semioscuridad que envuelve cada uno de los relatos traspasa las páginas y te envuelve durante el proceso de lectura. Sin duda lo recomiendo abiertamente. |