Corazón de Tinta

Hablar de este libro será como mostrar el corazón. No sería la primera vez. Siempre me emociona encontrar una nueva saga favorita (o un libro autoconclusivo favorito), de esas que no me abandonan cuando las termino y puedo seguir recomendando durante toda la vida. Y si bien apenas voy por el inicio de Mundo de Tinta (planeo leer el segundo este mes), sé que ya tiene un lugar especial. Había visto la película del 2008 y me quedó pendiente leer la saga. Recién el año pasado, por esas casualidades de la vida, encontré el primer libro entre los usados de una librería a buen precio y me lo llevé. Así que el destino me dio un empujoncito para conocer el fascinante mundo creado por la autora alemana Cornelia Funke.

Corazón de tinta se trata de Meggie y de Mo, hija y padre, respectivamente. Mo es encuadernador de libros. Meggie tiene 12 años y es una lectora voraz, igual que su padre y que su madre, Resa. Pero Resa no está, y Mo es bastante críptico sobre su ausencia. Un día aparece un hombre llamado Dedo Polvoriento y la paz de Meggie se corta de cuajo. Mo decide huir con su hija porque el malvado Capricornio quiere recuperar un libro especial que él (Mo) tiene en su poder, y es peligroso que el otro lo obtenga. Así que se iniciará una seguidilla de persecuciones y aventuras que duran 606 páginas que se pasan volando.

Lo primero que pude notar al leer este libro es que está dedicado a los lectores y a los escritores. Pocos, muy pocos, pueden comprender el amor que hay detrás de cada acto de lectura, de cada libro obtenido, leído y devorado. Por eso varias frases de Corazón de tinta suenan como si nos estuvieran interpelando directamente sobre un tema que ya conocemos de antemano. Meggie, Mo y Elinor (tía de Resa) son los grandes lectores de esta historia y cada uno tiene una concepción distinta sobre la misma y el cuidado de los libros. Son caras que se contraponen pero que se solapan, porque cuando intentaba descifrar a estos personajes me di cuenta de que compartía rasgos con todos. También hay un escritor (cuyo nombre no diré, para evitar spoilers) y ahí se completa el circuito de la lectura. Porque lo que se enseña en Corazón de tinta es que el escritor puede crear y cambiar las historias, pero no son nada más que palabras en papel si no hay ningún lector que las disfrute.

Después de la pequeña digresión, toca meterse en el libro de lleno. Si vieron la película o leyeron la sinopsis sabrán que Mo tiene un poder por el cual lo llaman Lengua de Brujo, y que consiste en nada más ni nada menos que darles vida a los personajes cuando lee en voz alta, no sin ciertos daños colaterales. Es por eso que no le lee nada a Meggie desde que era pequeña. Y aquí es donde hay una puesta en abismo, porque el libro de donde provienen Dedo Polvoriento, Capricornio y sus secuaces se llama “Corazón de tinta”. Así que Funke pone a los lectores frente a un libro que se trata de un libro homónimo que tiene a los mismos personajes dentro. Espectacular. Dato analítico innecesario aparte, añado que la tensión en la historia está provocada por aquellos personajes que desean volver a su mundo y aquellos que prefieren quedarse en el “real” haciendo de las suyas.

Siguiendo con los personajes, temía que no pudiera conectarme con ellos como me pasó con la adaptación cinematográfica. Mi preferido era Dedo Polvoriento (interpretado por el genial Paul Bettany) y fue una linda experiencia comprobar que tanto en la película como en el libro lograba la misma empatía. Se puede acusar a los personajes buenos de “inocentes”, como he leído en varias reseñas, pero no estoy de acuerdo en condenarlos por eso y bajarle el puntaje al libro. Corazón de tinta es un libro infantil- juvenil y los adultos actúan y hablan de una forma sencilla que esconde un gran trasfondo para cada uno de ellos, como es el caso de Elinor. Así que no me parece que se comporten como niños de doce años, sino todo lo contrario: responden al género que les concierne y se nota que tienen matices. Cabe destacar también que los villanos, como Capricornio, Basta y Mortola, me parecieron muy crueles. Desde hacía mucho que no encontraba antagonistas tan despreciables en esta clase de libros.

En cuanto a la escritura, no me puedo quejar. Me parece que la narración está perfecta y se adecúa a lo que está contando: una bella historia sobre personas que aman tanto la lectura que personifican lo ficticio. No encontré ninguna dificultad en el estilo de Funke. Hay frases hermosas que requieren post its, subrayado o lo que sea como prueba de que no hace falta usar todo un diccionario para expresarse. Me gusta también el detalle de los epígrafes al principio de cada capítulo (aumentan la lista de libros por leer, se los aseguro) y las ilustraciones hechas por la mismísima Funke. Lo único que critico es la circularidad de los hechos: los personajes pasan demasiado tiempo secuestrados por los maleantes y eso retrasa la acción. le da paso a momentos de reflexión, sí, pero en cierto punto se vuelve cansador porque todo termina en el plan de rescate o escape. Y, por supuesto, el final es abierto porque hay continuaciones.

Como consejo, no lean el glosario de personajes que viene al final del libro. Son spoilers, e incluso hay personajes que aparecen en los libros siguientes (leí uno por arriba y tuve que huir). Termino la reseña diciendo que estoy muy feliz de haber hallado esta saga y que ya quiero empezar mi 2019 con los libros que le siguen, porque intuyo que se va a poner mejor. Les recomiendo Corazón de tinta si están pasando por un bloqueo, quieren volver a enamorarse de la lectura y disfrutar una historia bien armada, con personajes entrañables que nos ponen en aprietos para elegir un favorito. Por más que el tamaño del libro parezca intimidante, lo que hay adentro es puro amor.

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Corazón de tinta comienza presentándonos a una familia de dos: Mortimer, el padre, y Meggie Folchart, la hija. Mo, como lo llama su hija de cariño, es encuadernador; así que se dedica a viajar por el continente europeo en busca de pacientes de papel que pueda reparar. Se puede decir que Mo es un doctor de libros: los toma en sus manos, los cura, les da una segunda oportunidad de vivir. Meggie ama los libros tanto como su padre y pronto ella nota que los viajes no solo se hacen por trabajo: Mo busca un libro en particular.

Tengo que hacer una pausa aquí: cuando digo que ambos aman los libros, es porque es así. Podría citarles todas las frases en las que se describe el escenario que rodea a ambos personajes. Hay libros bajo las almohadas, para que cuando la lluvia levante a Meggie, ella pueda leer. Y ella puede sentir cómo las páginas le susurran prometiendo una historia entretenida. Mientras, Mo se queda también bien entrada la noche leyendo y se dice que a ambos les cuesta encontrar el camino al mundo real desde el otro mundo, desde el laberinto de las letras. Además, los libros se amontonan por todas la casa. No están en libreros, perfectamente acomodados para que sean admirados por sus lomos y portadas bonitas; están en todos lados porque ya no caben, están sobre las sillas, en la cocina, en el ropero, por montoncitos y montones. Siempre están presentes. En esta novela, se habla de los libros, de cómo cambian cuando los lees en un lugar diferente, de cómo te dan la bienvenida a casa, de sus olores y sus páginas nuevas o viejas; se habla de cómo los libros atesoran tus recuerdos.
Y así como se puede palpar el amor por los libros en esta novela, también se puede sentir el lazo cercano que une a Mo y Meggie, Ella lo adora, lo idolatra, lo único que podría reclamarle es el hecho de que Mo jamás le quiere leer nada en voz alta; ella jamás podría mentirle y él tampoco a ella... Excepto por el libro. A Mo le cuesta mucho no poder responder las preguntas de su hija sobre su madre y los viajes; especialmente cuando un hombre de cabellos rubios con tremendas cicatrices en el rostro aparece en el jardín de su casa. A Meggie le da un susto de muerte y corre hacia Mo; el desconocido se llama Dedo Polvoriento y parece ajeno a este mundo. Gracias a Dedo Polvoriento se desencadena una serie de aventuras que harán que Meggie y Mo comiencen un viaje del cual, hasta el momento, no hay vuelta a atrás; y digo hasta el momento porque me falta leer la tercera parte de la saga.

Cuando Dedo Polvoriento llega a casa de los Folchart, lo inevitable sucede: tienen que escapar. Dedo Polvoriento regresó para prevenir a Mo. Así que tienen que esconderse, Mo acude a una vieja amiga cascarrabias: Elinor, su tía política, quien puede proporcionarles refugio en su mansión. Con la compañía de Dedo Polvoriento y su mascota, Gwin, Mo y Meggie viajan a verla. Resulta que Elinor también es una comeletras, pero a diferencia de Mo, a ella le encanta tener todos sus libros ordenados en libreros; los libreros están por toda la casa, pero los libros más especiales están en una biblioteca gigantesca a la que pocos tienen acceso. Elinor es rica y gasta todo su dinero en libros. ¿Les suena conocida esa historia?

Una noche en la que Dedo Polvoriento le muestra a Meggie sus talentos con el fuego, Mo es secuestrado en la casa de Elinor. Y Meggie tiene que salir a buscar a su padre, ayudada por Dedo Polvoriento y de paso, también la tía Elinor los acompaña. Quien secuestró a Mo es un hombre malvado llamado Capricornio; las cosas se enredan y los amigos parecen ser enemigos, así que al final de cuentas Meggie no sabe en quién confiar. Para su asombro, descubre que su padre tiene un talento particular. Y Capricornio lo quiere por ello. Mo es un Lengua de Brujo, una persona con el poder de extraer personajes y cosas de los libros. Usando los poderes de Mo, haciéndolo leer Las mil y una noches, Capricornio logra conseguir dinero. Como Mo no logra controlar lo que sale de los libros, sin querer extrae a uno de los ladrones: Farid.

Es entonces cuando Meggie se entera de la verdad. Una historia increíble y disparatada. En una noche de lectura, Mo y su esposa Teresa, comenzaron a leer un libro llamado Corazón de Tinta. Era un libro mágico, especial, con un mundo lleno de fantasía y muy bien construído; a Teresa le había fascinado. Pero entonces, algo extraño ocurrió: tres personajes aparecieron en la salita, donde Mo, Teresa y la pequeña Meggie estaban; y de pronto, Teresa ya no estaba más. Para colmo, los personajes extraídos fueron dos villanos que quisieron atacar a Mo en el instante: el villano principal, Capricornio, y su secuaz, Basta. El tercero era Dedo Polvoriento. Como pudo, Mo logró hacer que Capricornio y Basta se largaran de su casa: empuñó la espada que uno de ellos había traído desde el otro mundo y se quedó con Dedo Polvoriento, intentando comprender lo que había ocurrido. Con el paso del tiempo, Dedo Polvoriento decidió seguir con su propio camino, ya que no encontraba su lugar en el mundo de Mo. Capricornio ama este mundo, la electricidad y la riqueza, el poder y la maldad, y no quiere arriesgarse a regresar al asqueroso mundo de tinta, por lo que prende fuego a una pila enorme de copias de este libro. Ya no queda ninguna copia y así, el sueño de Dedo Polvoriento, el sueño de regresar a su historia, muere.

Y me encanta que Corazón de tinta hable de lo diferente que es leer y vivir. Porque podremos conocer muchos lugares a través de la lectura y nuestra imaginación; nuestro cerebro puede ser tan grande que podemos estar en ese lugar, ¡pero seguimos en nuestro lugar! Y leer sobre aventura, leer sobre muertes, llorar por la muerte de Dobby, no es lo mismo que vivirlo en carne propia. Y Mo lo entiende en ese momento. He leído comentarios de algunas personas que dicen que este libro habla sobre el amor por los libros pero no muestran a sus protagonistas leyendo. Sí lo hace, nos muestra a Meggie llevando libros en la maleta, abriéndolos y deleitándose en ellos, pero obviamente no hará una descripción de cinco cuartillas sobre cómo lee. Sería demasiado estático porque la acción de la lectura ocurre en nuestra mente, aunque nuestro cuerpo también tenga respuestas químicas y nos palpite el corazón tan fuerte en una escena emocionante. Ahora ellos no solo leen, también viven la aventura y no es tan emocionante como a nosotros, los lectores, nos parece.

También está el hecho de sacar a los personajes. Pienso que sería fantástico tener a un unicornio en casa, ¿no? ¿Pero para el unicornio sería fantástico también? '¿Resistiría en este mundo?
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Este libro llevaba muchísimo tiempo esperando pacientemente encima de mi mesa a que lo leyera. Me gustaría destacar la historia tan imaginativa que crea Funke, pues no sólo crea una historia, sino que crea otra dentro de sí misma, mostrando imágenes preciosas y un amor a la literatura que me hizo sentir muy identificada. Se le da mucha importancia al tema de la lectura y la magia de las palabras, cosa que se convierte en el núcleo de la historia.

La manera en la que Cornelia Funke escribe es algo ligera y no me causó ningún tipo de problema. La historia es increíble, llena de misterio, aventuras, con toques de humor. Además, el libro viene con ilustraciones hechas por la autora que le dan un pequeño adicional a la historia. Es una historia con una buena trama, aunque hay ciertas partes en las que puede resultar pesado, no llegan a aburrir pero que sin embargo, considero que no era necesario dar tantos detalles ni enrollase en aspectos que realmente no son cruciales. Si el libro tuviera alguna páginas, estaría mejor. Las descripciones de los personajes son muy detalladas, y también las de los lugares.

La trama llegado a un punto es envolvente, y el final tiene muy buen ritmo, aunque para mi gusto un poco abrupto. El estilo de Funke es sencillo y se lee con facilidad, sin resultar demasiado simple. Quizás siento que le falta algo. Aunque la lectura me ha gustado, me da la sensación de que debería haber algo más. Pero, como ya digo, al ser la primera parte de una trilogía, puede que sea eso.

Es un buen libro, interesante y muy original, por lo que si te gustan historias con mucha literatura y pizcas de magia y aventura, éste es tu libro.

Si no conocéis Corazón de tinta ni a Cornelia Funke es que no sois de este mundo o que estáis muy poco metidos en el mundo de la literatura actual. Llevaba años pensando que debería leer algo de ella y se me presentó Boolino ofreciendo algunos libros de la autora para reseñar. Yo con la eterna tarea pendiente y el correo que llegó de manera muy ideal, me apunté para recibir uno y he aquí yo haciendo la reseña del primer libro que leo de Cornelia Funke.

Esperaba una obra de arte y, no os voy a mentir, es una gran obra, el estilo es precioso y el cuento una auténtica curiosidad pero se me ha quedado hueco respecto a lo que yo esperaba. Decir que esperaba una historia más madura, más adulta y me he tropezado con una historia con toques infantiles que de haberlo sabido me hubiera gustado pero que me ha fallado al esperar algo muy diferente.

Los personajes son un tanto dramáticos. Son de los que utilizan muchas exclamaciones y su modo de pensar, incluso el de los adulto, me ha parecido que le hablan continuamente a un niño de 5 años, lo que me ha chocado. La niña podría ser el personaje que más he visto acorde a su edad porque bueno, es una niña y bastante madura para su edad pero el resto de personajes, el padre y la tía, me han parecido de una madurez muy similar a la niña por lo que no está mal pero, bueno, me deja algo descontenta.

Por otro lado tenemos a los personajes de cuento con los que me contento porque han salido de un cuento y son tal y como deberían ser. Tal vez quejarme que los malos son muy patosos y parecen escapados de un cuento infantil pero... Uy, es que es así. Me hubiera gustado que el malo fuera más malo, que no hablara más de la cuenta o no tuviera tantos deslices pero ha sido de lo esperado, un malo de pacotilla típico de cuento, tampoco me quejo mucho, ha estado curioso.

Lo que destaca del libro es la pluma de la autora pues es simplemente maravillosa. Explica las cosas de una manera fantasiosa y que consigue atrapar al lector por la melodía que lleva. Sin embargo sí que debo decir, ateniéndome a otra queja, es que la historia no me ha parecido para tanto como ha durado el libro. Me han sobrado hojas.

Corazón de tinta es un libro que está bien, es curioso y la prosa muy bonita pero en cuanto a la historia me he quedado algo meh. Un libro que considero con más páginas de las necesarias para la historia que es, unos personajes más infantiles de lo que esperaba y una historia que está bien pero tampoco me ha entusiasmado. Nunca sé que decir con este tipo de libros -siempre me quedan reseñas sosas y sin sustancia con este tipo de libros- , me ha gustado, ha estado bien, pero ahí se queda, no voy a continuar con la trilogía, no me da tanta vida para ello.

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Ya conocía la trilogía, pero nunca me había llamado especialmente la atención. Ví la película y me gustó bastante, de ahí que me aventurara a sumergirme en las páginas del libro.

El tema principal es muy original: ser capaz de dar vida a los personajes de un libro. ¿Quién no querría probarlo?

Aunque el desarrollo es bastante previsible, ha resultado ser entretenido y lleno de intrigas, con buenas descripciones y escenas repletas de fantasía. Destacan especialmente los personajes "malos", por ser muy oscuros y peligrosos.

Durante la primera mitad, el libro logra enganchar, pero a partir de ahí empieza a hacerse un poco pesado y lento porque le sobran bastantes páginas. Y el otro problema es que está dirigido a un público muy juvenil, casi infantil; tal vez me habría gustado más si lo hubiera leído con 12 años...

Una vez terminado, decidí ver otra vez la película y de nuevo disfruté mucho; es una buena adaptación. Por suerte respetaron los fragmentos importantes y se comieron las partes lentas del libro. Además, le dieron un final algo más cerrado, sin tantos cabos sueltos como en el libro; lo cual se agradece mucho.

Dicen que Sangre de tinta es mejor que su antecesor, ¡estoy deseando comprobarlo por mí misma!

Saludos ;)