Los sauces

A fuerza de convivir con ... lo que sea, termina uno por adoptar características de ese entorno, tal vez eso pasó con Blackwood cuya fotografía ya nos remite a su escritura.
Escritura de sobresaltos, de inquietud, de sensaciones subrepticias que se derraman por toda su literatura, que la permean y desbordan. O a la inversa.
En los sauces, hace gala de esa cualidad , don o característica, su lectura desde el inicio me ha hecho sentir incómodo, no con la sensación de que algo esta por pasar, sino de que algo esta pasando, y sin embargo se me escapa su procedencia, es la naturaleza, es mi percepción, es algo más? .
Propone a la naturaleza como animada, provista de voluntad propia, ominosa y amenazante, que advierte que no te adentres donde no perteneces.
Eso pasa con esta pareja de aventureros, que recorren el Danubio en canoa, y van recibiendo advertencias del peligro que parece cernirse sobre ellos, quedan atrapados en un islote rodeados de un algo amenazante, que se manifiesta, pero no se muestra, se insinúa, pero no es posible describirle.
Un algo que nace de todas partes, incluso del interior de estos viajeros, les amenaza y cobra su cuota.
Blackwood ( bosque oscuro) nunca el nombre más venido a mano desliza cada palabra, cada frase, par generar esa inquietud, esa sensación de que algo falta, pero a vez algo no perceptible oprime y apresa inquieta, incomoda.
Señalado como uno de los mejores cuentos de terror, ( según Lovecraft el mejor ) tiene todo para merecer al menos la candidatura. Un estilo que se influencía a un buen puñado de escritores del género, Lovecraft mismo sin ir mas lejos, entre lo dicho y lo no dicho deja esa insana y perturbadora sensación que te lleva a mirar constantemente sobre tu hombro, y dejar prendida la luz .