Los sauces

Quería leer este libro con mi hija postiza, pero como sabía que se me haría la rebelde, tuve que hacer uso de las malas artes para convencerla. Me senté como Don Corleone con el gato en el regazo, y mientras lo acariciaba, le hice una propuesta que no podría rechazar: le dije " Lovecraft dice que es el mejor relato de terror que leyó"..." ¿cuando empezamos?" (😌). Admitan que cuando le pongo ganas puedo ser muy persuasiva 😏.

El libro es muy corto y, sí, Lovecraft tiene razón: está tremendo. Escrito exquisitamente, tiene además, la inmejorable virtud de ser sumamente efectivo con una gran economía de recursos. Con muy poco, da mucho. Es como si yo, en vez de gastarme un dineral en disfraz, juego de luces y efectos especiales, para asustar al hobbit (mi marido) me pongo una sabana en la cabeza, lo espero a medianoche cuando se levante medio dormido para ir al baño, le salgo de atrás de la puerta y le digo " bu". Creanme, no llega al inodoro.

Pues algo parecido hace Blackwood: con pocos recursos sabe manipular al lector, creando un ambiente denso e irrespirable, que mas que aterrar, inquieta, pero que es irremediablemente funcional a la hora de ponerte los pelos de punta.

Este tipo no necesita grandes despliegues con sangre, tripas, ni escenas gore. ES UN TERROR INTELIGENTE Y EFICIENTE.

De qué va? Pues... considerando que solo tiene unas 100 páginas, yo no pienso decir una sola palabra. Tendrán que leerlo 😃.

Increíble relato de terror ambiental, porque que bien ambientado esta.
Dos hombre recorren el Danubio en barquichuela y en una parada en medio de una tormenta entre los sauces les pasaran cosicas, que les puede hacer hasta perder la cordura.
Me ha gustado mucho al principio la verdad es que con lo que mas se disfruta es como describe el ambiente, todo muy visual muy preciso muy bien hecho y luego poco a poco te abre camino hacia la noche y hacia sucesos misteriosos y eso mezclado con lo bien que te sitúa y ambienta es una maravilla. Y luego cuando miras cuando fue escrito lo flipas 😍
Es corto y se lee rápido, poco a poco te va sumergiendo en la intensidad de la situación y del terror de los personajes, muy aconsejable.

Autor antecesor de Lovecraft, nos encontramos ante un relato de terror cósmico. Empieza de manera descriptiva, hasta bucólica, de forma pausada y sosegada, hasta que nuestros dos personajes llegan a un islote y ahí es cuando la trama se oscurece y va descendiendo hacia el horror.

Es un horror de sombras, sonidos, impresiones, de sudor frío y horrores vistos a medias. No entiendes lo que pasa pero a la misma vez te das cuenta de que sí que vas entendiendo, aunque no lo comprendas. Veremos dos formas distintas de enfrentarse al horror encarnadas en los dos personajes principales.

La novela crea un ambiente opresivo, de constante inquietud. de duda.

Y hasta aquí puedo contar. Es un libro corto, y cuanto más vaga sea la reseña, mejor.

A fuerza de convivir con ... lo que sea, termina uno por adoptar características de ese entorno, tal vez eso pasó con Blackwood cuya fotografía ya nos remite a su escritura.
Escritura de sobresaltos, de inquietud, de sensaciones subrepticias que se derraman por toda su literatura, que la permean y desbordan. O a la inversa.
En los sauces, hace gala de esa cualidad , don o característica, su lectura desde el inicio me ha hecho sentir incómodo, no con la sensación de que algo esta por pasar, sino de que algo esta pasando, y sin embargo se me escapa su procedencia, es la naturaleza, es mi percepción, es algo más? .
Propone a la naturaleza como animada, provista de voluntad propia, ominosa y amenazante, que advierte que no te adentres donde no perteneces.
Eso pasa con esta pareja de aventureros, que recorren el Danubio en canoa, y van recibiendo advertencias del peligro que parece cernirse sobre ellos, quedan atrapados en un islote rodeados de un algo amenazante, que se manifiesta, pero no se muestra, se insinúa, pero no es posible describirle.
Un algo que nace de todas partes, incluso del interior de estos viajeros, les amenaza y cobra su cuota.
Blackwood ( bosque oscuro) nunca el nombre más venido a mano desliza cada palabra, cada frase, par generar esa inquietud, esa sensación de que algo falta, pero a vez algo no perceptible oprime y apresa inquieta, incomoda.
Señalado como uno de los mejores cuentos de terror, ( según Lovecraft el mejor ) tiene todo para merecer al menos la candidatura. Un estilo que se influencía a un buen puñado de escritores del género, Lovecraft mismo sin ir mas lejos, entre lo dicho y lo no dicho deja esa insana y perturbadora sensación que te lleva a mirar constantemente sobre tu hombro, y dejar prendida la luz .

Dos amigos se encuentran viajando por el río Danubio, en la parte húngara, y debido a inclemencias del tiempo y a que el río corre tumultuoso, no pueden proseguir su viaje y se ven obligados a acampar en una isla boscosa llena de sauces.

La narración es sencilla, protagonizada por los 2 amigos, uno El Sueco y el otro es esl narrador del relato del que en ningún momento sabemos su nombre, la narración está llena de tensión y la gran protagonista es la noche, con sus ruidos.....y los sauces.

Aunque el relato me ha parecido entretenido, en ningún momento me ha parecido de terror, en mi opinión es de suspense, y el autor juega con que el relato está ambientado en gran parte ambientado de noche y como se dispara el estress y la imaginación de los protagonistas en esa situación.

Soy lectora habitual de terror desde mi adolescencia, pero por alguna razón que se me escapa jamás había leído a Algernon Blackwood, y me he estrenado con la que dicen que es su mejor obra, “Los sauces”, novela corta publicada en 1907 dentro de la colección “The listener and other stories” (parecer fue su obra más ambiciosa y le llevó veinte años escribirla).

Los protagonistas son dos hombres de los que nunca sabremos sus nombres, y uno de ellos ejerce de narrador. Están siguiendo el recorrido del Danubio en canoa desde su nacimiento en la Selva Negra, y a su paso por Hungría deciden hacer un alto para pasar la noche en una isla repleta de sauces donde pronto empiezan a ver cosas que no saben si son reales o no y, sobre todo, perciben que no son bienvenidos. Es un lugar donde lo humano no es aceptado y de donde no saben si van a salir los dos con vida.

Tal y como se dice en cierto momento, las agresiones y las hostilidades de que lo que sea que hay en esa isla se producen de manera mental, no física, y el relato es una lucha por mantener la cordura, controlar el terror que les nace desde dentro y no dejarse llevar por el pánico. Blackwood también juega con la relación entre los dos amigos, que se ocultan entre ellos lo que perciben durante buena parte de las páginas y eso hace que a ratos desconfíes del narrador.

Lovecraft admiraba mucho a Blackwood y resulta evidente el por qué al leer la deriva que toma la historia hacia el final, donde el terror cósmico se hace cargo de la función. Me ha gustado mucho cómo escribe Algernon Blackwood, cómo usa algo tan normal como unos árboles y arbustos para infundir terror y paranoia, pero también he oído que su obra está muy descompensada en cuanto a calidad. Yo seguiré leyéndole y a ver qué tal 🙌🏻
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Dos amigos están a mitad de camino en un viaje en canoa por el río Danubio. A lo largo de la historia, Blackwood personifica el entorno (río, sol, viento) con características poderosas y en última instancia amenazantes. Lo más siniestro son las masas de sauces densos, desordenados y amenazantes, que "se movieron por propia voluntad como si estuvieran vivos, y tocaron, por algún método incalculable, mi acusado sentido propio de lo horrible".

Poco después de desembarcar su canoa por la noche en una isla, en el área de paisaje protegido,  el narrador reflexiona sobre la potencia del río, las cualidades humanas y su propia voluntad.
Cómo nuestra mente juega y nos condiciona y nos lleva a adentrarnos en el más profundo de nuestros terrores.
Uno de los mejores relatos de este autor.

Aunque el inicio no me convenció (lo de estar tantísimas páginas para describir el río, siendo una historia tan corta, me pareció excesivo), después todo fue hacia arriba.

Sentí que, precisamente por esas descripciones de las que me quejaba antes, fue todo muy visual, podías ver esos sauces cada vez más cerca, los hoyos en la arena, la isla haciéndose más y más pequeña...

Sinceramente, pensaba que no sentiría ningún miedo con la lectura de esta historia corta pero estaba muy equivocada, cuando la leía, en ciertos momentos, no podía parar de sentir escalofríos y mirar para todos lados. Es muy ambiental y consigue que sientas que estás ahí con los protagonistas.

La imagen que, cuando finalizó la novela, el autor consiguió que tuviera en mi cabeza, es de 10.

Si tenemos que hablar del tipo de terror, aún sin haber leído nunca a Lovecraft, diría que es cósmico o, al menos, así lo sentí yo. Me recordó, en cierta medida, al final de la cúpula.

Sin duda, una lectura muy recomendada. Buscaré el resto de publicaciones de este autor.

El narrador y su acompañante, el sueco; expedicionan por el Danubio en canoa. Tiene cierto componente autobiográfico, pues Blackwood incursionó por el Danubio y experimentó momentos adversos en los elementos naturales y principalmente en los movimientos de los sauces de las orillas. En la obra, dichos elementos: viento, tormenta, truenos, lluvia, y por encima de todo, los sauces atenazadores; influyen en los protagonistas que observan como la isla en la que acampan, afecta de manera perceptible en su psique, añadiendo una influencia extraña en su comportamiento. Obra breve pero intensa, elogiada por el maestro Lovecraft.

Novela corta publicada en 1907. El autor de terror H. P. Lovecraft lo consideró el mejor cuento sobrenatural de la literatura inglesa. 


«Las montañas tienen el poder de anonadar; y los mares aterrorizan; y el misterio de los grandes bosques ejerce un hechizo que les es peculiar.»


Dos muchachos en una canoa en el Danubio nos irán mostrando la fuerza de la naturaleza. Las inclemencias del tiempo, la furia del río y lo precario de su situación. A la vez irá creando un ambiente extraño y sobrenatural que provoca malas sensaciones en los protagonistas llegando a hacernos sentir ese malestar y temor hacia el lugar en el que se encuentran. Quizás la sensación que más provoca es angustia, por la forma que el autor tiene de recrearse en las descripciones para hacernos sentir los elementos buyendo sin cesar alrededor de los muchachos. 


Una lectura intensamente perturbadora e inquietante donde la ambientación juega un gran papel. He notado dos tipos de cadencia en la escritura. Una primera lenta en las acciones pero con descripciones detalladas que te hacen pensar en un río caudal oso y cabreado y una segunda más rápida en cuanto a los pensamientos/sensaciones de los protagonistas donde prima más lo que pasas por sus cabezas aunque luego se encuentren con indicios de que no sólo lo han imaginado. 


La sensación de un peligro inminente se hace cada vez más fuerte según se avanza a lo largo de las páginas. El autor juega con el lector y no queda otra opción más que seguirle el juego. Me ha recordado a algunos relatos de Edgar Allan Poe.