El wendigo

“ Dicen que cuando un indio se vuelve loco ha visto al Wendigo “
Acerca de esta leyenda, se crea esta corta novela. Una novela de soledad, de naturaleza indiferente que resulta hostil, de enormidades distancia, en espesura del bosque en silencios aterradores, capaces de enloquecer a cualquiera, y que en medio de esto habita una esencia que no te atrapa, no te devora, no te daña, solo te obliga a seguirla, y consume todo lo que de humano puede haber en ti.
Un profesor escocés, estudioso de la alucinación colectiva, su sobrino Simpson , sus guías, Hank, Defago y el indio Punk, se adentran en lo más remoto del bosque canadiense en pos de cazar alces, ante su temprano fracaso, deciden formar dos grupos con destinos contrarios, Defago, empieza a mostrarse temeroso, sobresaltado, y a pesar de ello emprende el camino con Simpson, hacia un área desconocida e inmensa, territorio rehuido hasta por los nativos, territorio de presencias, esencias y ausencias amenazantes para la cordura del hombre.
Es sustraído del campamento, arrebatado prácticamente de su voluntad, ¿ Ha viso algo? ¿ es el Wendigo?
O tal vez su fragilidad mental.
Narrado de manera más enceguecedora para la mente que el resplandor de la nieve para el ojo. Con descripciones turbadoras, con sobreentendidos inquietantes, propone a la naturaleza como un ente vivo , como un terreno indiferente, habitado por ignotas presencias, que el hombre no es capaz de concebir y conservar la salud mental, presencias que arrebatan todo resto de humanidad, dejando cascarones huecos, de miradas vacías, cuerpos inútiles y mentes desahuciadas.
Algernon Black una vez más confronta con la naturaleza que nunca habrá de ser comprendida, naturaleza, que esconde en su interior, secretos que nunca serán revelados, pero que su sola intuición, descarta cualquier explicación.
La naturaleza nos sobrepasa. Nunca hablaremos el mismo idioma, ni compartiremos nuestros secretos.
“ ¡Ah! ¡ Mis pies de fuego ! ¡ Mis ardientes pies de fuego ! ¡ Ah ! ¡ Que altura, que carrera abrasadora! “