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Se trata de un libro con una trama rápida, que no pierde demasiado tiempo, aunque se traten de 560 páginas. Es una novela negra que no tiene desperdicio, con detalles bien documentados por parte del autor, cuyo nombre es, por cierto, Frode Sander Oien, pero firma en varias de sus novelas bajo el seudónimo de Samuel Bjørk. Propone como tema base la vulnerabilidad infantil frente al adulto, y lo desarrolla a lo largo de todo el libro. Los detalles más escabrosos de la novela concuerdan perfectamente, ya que, como he dicho con anterioridad, el autor se documentó muy bien a la hora de escribirla, lo cual es de agradecer por parte del lector. Esta clase de detalles son los que diferencian una novela de calidad con otras menos trabajadas, y cualquier lector asiduo lo nota. |
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