El niño en la nieve

El Niño en la Nieve forma parte de una serie de libros escritos por Samuel Bjørk y que tienen como protagonistas a los detectives Holger Munch y Mia Krüger. Yo me lancé a leer este sin haber leído los dos anteriores, principalmente porque no sabía que se tratara de una saga, y lo cierto es que, aunque se puede leer perfectamente como libro autoconclusivo, sí que he sentido en ciertas partes que me faltaba información. El autor se esfuerza en darte los datos claves de los libros anteriores para entender toda la historia, pero para mí no ha sido suficiente. Es por esto por lo que recomendaría leer los libros en orden de publicación (Viajo Sola, El Búho y El Niño en la Nieve).

El inicio del libro me pareció un tanto abrumador, pues el autor introduce multitud de personajes de una manera muy seguida y casi no me daba tiempo de asimilar quién era quién. El narrador es en tercera persona y va siguiendo a todos y cada uno de los personajes involucrados en la historia, desde detectives y testigos, hasta sospechosos. de esta manera contamos con muchísima información, lo que nos permite ir generando nuestras propias teorías. Uno de los puntos negativos que para mí tiene el libro, es que hay demasiados personajes, algunos incluso sólo aparecen durante un capítulo y no se vuelve a saber más de ellos. Es como si el autor quisiera jugar al despiste con el lector introduciendo personajes que no tienen relevancia para el desarrollo de la historia ni la resolución del caso.
También, hacia el final tenía la impresión de que me había perdido algo porque no entendía muy bien lo que estaba pasando. Hasta tuve que leer varias veces una misma escena porque no me quedaba clara (Esto quizás sea más problema de la traducción que del autor). La resolución del caso no me ha terminado de convencer y es que me ha resultado muy aleatoria y además bastante cliché.

Sin duda, para mí el punto fuerte de esta historia es la manera en la que está contada, pues te permite sumergirte en los pensamientos de los protagonistas. Casi sientes que estás invadiendo su privacidad. Más en concreto con el personaje de Mia, Bjørk muestra su flujo de pensamientos, cómo estos se van enlazando. El lector puede ser testigo de la capacidad de análisis del detalle que realiza Mia. Se aprecia el torrente de pensamientos, y cómo esta va uniendo todas las piezas del puzzle.

En general, El Niño en la Nieve es un libro que aunque me ha gustado, me ha sabido a poco. El caso que se presenta es interesante, pero creo que se le podría haber sacado mucho más partido. Los protagonistas pierden fuerza a medida que se suceden las páginas, y la resolución del caso me ha dejado bastante fría. Quizás le dé una oportunidad a los dos libros anteriores, porque tengo entendido que son mucho mejores que este.
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Siempre he leído mucha novela negra, me encanta la adrenalina que sientes ante una buena historia de estas características. Y me he dado cuenta que cada vez más recurro a este género para disfrutar de mis ratos de lectura.


Para los lectores del género es de sobra conocido este autor. Su primera novela, Viajo sola, cosechó muy buenas críticas. Ahora regresa con su tercera obra, El niño en la nieve. Y como siempre estarán al frente el mismo equipo de investigadores capitaneado por Munch y Mia.

La historia comienza en 1999 cuando un jubilado conduce de noche de regreso a casa y se encuentra en medio de la calle con un niño en estado de shock, congelado y con una cornamenta de corzo en la cabeza. Este inicio es impactante y, desde luego, te deja con la miel en los labios y esa ansia por saber qué ha ocurrido con ese niño.


Años después, un padre y su hijo descubren a una chica asesinada en un lago en medio de las montañas. Tras ella tres personas más aparecen muertas. El equipo de investigadores es reunido inmediatamente. Para Mía supone desbaratar sus planes, tras el último caso quería tomarse unas vacaciones, sin embargo, no puede resistirse a un reto como este.


En un primer momento me costó bastante meterme en la historia. El autor da demasiados datos, tanto de personas como de lugares. Me costó centrarme, darme cuenta de quiénes iban a ser los protagonistas y quienes personajes de paso.
Tras esto, la novela me la leí de una sentada. Me metí de lleno en la investigación que llevan a Munch y Mia junto con su equipo. En los asesinatos indiscriminados que se llevan a cabo en la ciudad, como intentan descubrir quién está detrás de todos ellos. El problema principal: el asesino elige a sus víctimas al azar, por lo que es mucho más complicado crear un perfil y poder atraparlo.


La historia es trepidante y adictiva, con muchas historias secundarias conectadas y datos que confunden al lector continuamente. Por si fuera poco, el ambiente oscuro y frío de Noruega no hace más que acrecentar la sensación de misterio.


Este ha sido mi primer contacto con el autor y puedo decir que se ha esforzado en que, quienes no hayamos leído sus obras anteriores, podamos disfrutar de esta sin notar apenas que nos perdíamos algo. Si es cierto que sus seguidores entenderán mucho mejor las alusiones al pasado tanto de Munch como de Mía.
Sin duda me haré en cuanto pueda con Viajo sola y El búho. Tengo ganas de descubrir más en profundidad al personaje de Mía, tan atormentado y perdido, pero al mismo tiempo tan capaz de resolver los peores crímenes.


El niño en la nieve es una lectura perfecta para los amantes del género. Una novela adictiva, interesante y muy bien construida que deja con ganas de más.
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Un libro que se devora de forma asombrosa gracias a la estructura y forma de escribir del autor, muy ágil y directo al grano. Con pensamientos que hacen partícipe al lector de cada acción y situación. Rápidamente quedas atrapado entre sus páginas queriendo averiguar qué está pasando y cómo terminará todo (y quién será el asesino).

Los capítulos son cortos y muy directos, variados entre sí porque aparecen en cada uno de ellos distintos personajes. A lo largo del libro nos encontraremos con muchísimos personajes, incluidas las víctimas, y si bien al principio puede liar algún que otro nombre u olvidar quién era quién, al final, cuando se resuelve todo, le encontraremos sentido a tantos datos.

Un equipo de policía hará todo lo posible por averiguar quién será el asesino de varias personas que al parecer fueron asesinadas al azar. Las pistas que el asesino va dejando y la nula relación entre las víctimas harán de este caso un enigma muy difícil de resolver. Pero hallaremos mucho más...

Me ha parecido una lectura muy interesante y realista (a veces se me ponían los pelos de punta, no solo por los asesinatos en sí sino también algunos datos verídicos), llena de incógnitas y de personajes muy redondos y cercanos.
El autor capta la atención del lector de forma asombrosa con su sencillez y su lenguaje moderno. Además ha sabido hilar todos los casos y la vida de los personajes de una manera increíble que logra sorprender al lector con su final.
También habla de temas profundos e importantes de la sociedad que me han parecido dignos de mencionar.
En resumen, un libro que se lee con asombrosa rapidez. Si os gusta el thriller policíaco no os lo podéis perder.

"Incógnitas y una trama que mantendrán al lector pegado a sus páginas."
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Una joven vestida de bailarina de ballet aparece asesinada en un lago. al poco, le tocará el turno a un músico. Y suma y sigue ...

Holger Munch será el encargado de dirigir la investigación policial, recuperando al que fue su equipo. Incluso a Mía Krüger, la especial investigadora que tuvimos ocasión de conocer en las anteriores entregas de esta serie

Una investigación sumamente dificultosa, en la que no hay pistas. Los investigadores se enfrentan a un asesino muy inteligente que, además, parece no seguir ningún patrón en cuanto a las víctimas se refiere. Y, así, a Mía y a Holger se les presenta la peor pesadilla a la que se pueden enfrentar unos policías: que las víctimas sean elegidas totalmente al azar. ¿Será así? ¿o habrá una relación entre ellas que no son capaces de ver?

Este libro es el tercero de una serie de novela negra nórdica. Los personajes son los mismos y su vida personal es importante (sobre todo en el caso de Mía) por lo que es mejor leerlos en orden. Pero, de no hacerlo, no creo que tengáis problemas para entenderlo porque los casos a investigar son independientes (al menos, en principio). Yo sí que había leído los dos libros anteriores, “Viajo sola” y “El búho” pero, la verdad, no me acordaba de mucho. Según avanzaba la lectura iba recordando algunas cosillas porque el autor da alguna que otra pista para que, quien se acerque directamente a esta tercera entrega, no se encuentre perdido.

Como ya es habitual en este autor, el libro comienza fuerte con una especie de primer capítulo que funciona a la manera de prólogo que se sitúa catorce años antes de los hechos principales. Un primer capítulo que pronto olvidaremos pero que habría que leer una vez terminado el libro; ahora sí que lo entenderemos

Una vez pasado esta especie de prólogo (que, para diferenciarlo del resto, está escrito en cursiva), nos situamos en el año 2013 y comienza la historia propiamente dicha con el descubrimiento del cadáver de una bailarina. A partir de ahí lo típico: presentación del equipo investigador y comienzo de las pesquisas.

He de reconocer que tengo predilección por los asesinos en serie (obviamente, en literatura, que no se me asuste nadie). Y ya si los asesinatos son simbólicos, o tienen una escenificación especial, ni os cuento. En ésta hay algo de eso: aunque las víctimas no parecen tener una relación entre sí, hay algo que las une: en los escenarios del crimen aparece una cámara fotográfica y en la lente de la misma un número, distinto en cada caso. Un número que lleva de cabeza a Mía: es evidente que el asesino quiere decirles algo pero ¿qué?

Al equipo investigador ya lo conocemos de las anteriores entregas. Curry, Ylva, Oliver y, por supuesto, Mïa y Holger. Holger es el que dirige a todos pero quien lleva la batuta es Mía. Una policía muy especial, altamente intuitiva y con una mochila a cuestas con mucho peso. Los que hemos leído las anteriores entregas ya conocemos parte de su historia y las causas de su tremenda fragilidad. Los que no las hayáis leído, las descubriréis aquí porque el autor nos cuenta lo esencial para que todo el mundo se pueda hacer una idea cabal de quién es Mía y por qué es así. Un personaje carismático sin duda. Y un tándem perfecto el que forma con Holger. Bueno, en realidad el equipo al completo es perfecto.

“El niño en la nieve” es una novela negra escrita a ritmo de thriller. En ella abundan los diálogos, los capítulos son muy cortos, la intriga se mantiene constante y el ritmo es muy rápido. Es de esos libros que se leen sin darte cuenta y que te proporcionan un par de ratos de lectura muy entretenidos. Por supuesto, no faltan las sorpresas y los giros inesperados. Y a este respecto, el único “pero” que le pongo a la novela: es imposible adivinar quién es el o los asesinos. Pero no porque el autor sepa mantener el misterio sino porque, realmente, el lector no tiene la posibilidad de hacerlo, no tiene todas las cartas. A mí me gusta que me sorprendan pero también me gusta pensar que, si hubiera estado más viva, podría haberlo adivinado porque todo estaba ahí (aunque fuese apenas sugerido). Aquí, creo que ni Sherlock Holmes, Poirot y miss Marple juntos hubieran podido adivinarlo. Pero bueno, no deja de ser un “pero” pequeñito que no me ha impedido disfrutar de una estupenda lectura.


Conclusión final

“El niño en la nieve” mantiene el nivel de “Viajo sola” y “El búho” y hacen de ésta una serie muy recomendable. Si os gusta la novela negra nórdica, no os la perdáis.
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La novela negra noruega actual se escribe entre partituras de dos músicos de rock que tan pronto se desgañitan frente a un micrófono o se contorsionan con su guitarra como que se sientan alejados de cualquier ruido y se disponen a explotar esa otra vena creativa entre historias del género que más campa por esos septentrionales lares.


Me refiero sin duda a Jo Nesbo y a Frode Sander Øien (nombre real de Samuel Bjork), dos tipos que protagonizan una disputa musical y literaria y que, si hubiera justicia poética deberían acabar el uno con el otro en un duelo al sol de medianoche noruego.

Pero mientras tanto, independientemente de coincidencias y competencias posibles, lo mejor es disfrutar de las historias de ambos. Porque en la pugna nace el estímulo y las ganas de mejora. Y esta novela de Frode Sander ?El niño en la nieve? tiene mucho de oficio ganado, de escalada en su tensión narrativa respecto a sus novelas anteriores y de innovación en el planteamiento argumental. Porque en el género negro normalmente los protagonistas se enfrentan al criminal más efectista que busca colmar sus ansias de venganzas frente a viejos traumas, deudas de sangre, psicopatias varias enfocadas hacia grupos de potenciales víctimas?

Y sin embargo no tantas veces nos topamos con el homicida porque sí, con el asesino sin plan que solo se mueve para dar cauce a su instinto de animadversión. Quien es capaz de matar y encuentra su particular justicia sumaria en la violencia extrama y sabe que la mejor manera para saciar su odio es actuar de manera aleatoria?

Claro está que desde la perspectiva de los detectives Holger Munch y Mia Krüger el asunto adquiere tintes psicóticos. No saben cómo tratar de dar caza a esa nueva forma del mal que actúa con absoluta improvisación. Cualquiera puede morir si se cruza en el camino del asesino en el peor momento.

Pero además, el bueno de Bjor lanza un cebo desde el comienzo de la historia que atrapa al lector y lo hace sacudirse inquieto aferrado a ese cebo. Empezamos viajando al pasado, hasta el año 1999. Lo que ocurrió en una fría noche de aquel año va engarzando con los acontecimientos presentes. Y nosotros, lectores, querríamos lanzar una llamada de atención a los desconcertados habitantes de la trama. A no ser que todo sea un truco, una hábil maniobra de despiste para hacernos creer que sabemos más de lo que van enlazando los investigadores?


Lo que está claro es que para el asesino en serie de las más improvisadas víctimas tiene mucho margen de maniobra para lanzar su órdago a sus dos perseguidores. Parece conocerlos muy bien y los invita a jugar en el más macabro de los juegos, en el que el dado de la muerte puede acabar marcando la jugada más inesperada?

YoleoNovela25 febrero 2019
En esta ocasión, he tenido la oportunidad de leer esta novela negra escandinava de Samuel Bjørk gracias al ejemplar enviado por la editorial Penguin Random House Grupo Editorial.

Esta novela, como las dos anteriores “Viajo sola” y “El búho”, están protagonizadas por Holger Munch y Mia Krüger, miembros de la Unidad de Homicidios de Oslo.

El hermoso paisaje de Noruega influye en la novela negra, climatológicamente hablando. Esta paradoja climatológica apoya, de nuevo, al género negro nórdico para crear ambientes que acompañan a la trama principal.

No había leído ninguna de las dos novelas anteriores de este autor y con “El niño en la nieve” me encuentro con un caso de asesinato frío, calculado y planificado… o ¿no? y con dos personajes principales que arrastran cargas del pasado que tendrán que hacer frente a una investigación doblegando su vida personal.

La primera página del libro sirve de carta de presentación y Samuel Bjørk sabe dejarnos con la miel en los labios. Con este atrayente comienzo nos proporciona una búsqueda, nos deja la puerta abierta al suspense y nos promete una ardua investigación de asesinatos.

La historia principal, la columna vertebral de la novela y como no podía ser de otra manera, en casos de asesinatos nos iremos haciendo varias preguntas: ¿Es un asesino en serie? ¿Es un asesino que mata por placer, que finge elegir sus víctimas al azar o está todo planeado? ¿Hay alguna conexión entre las víctimas después de todo o son todo conjeturas? ¿Hay un mismo modus operandi, los lugares de los hechos parecen escenificados? ¿Hay un solo asesino? ¿El asesino es un hombre? o ¿Simplemente es un juego mental de un perturbado? Estas preguntas serán las que tendremos que ir averiguando mientras vamos pasando de página.

Sea como fuere, nos sumergiremos en un mundo de ficción con buenas dosis de suspense psicológico. Samuel Bjørk intenta jugar con el factor psíquico y la velocidad de la narración es tremenda. A pesar de sus 456 páginas los abundantes diálogos del libro aceleran la lectura y nos quedaremos sin libro antes de que nos demos cuenta.

Al final, todo se resuelve de una manera en esta investigación. Abierto, eso sí, para continuar con estos dos personajes, Holger Munch y Mia Krüger, en sucesivas entregas acompañados de su equipo de investigación.

Iba a ser un buen libro. Lo había pensado en el momento que vi por primera vez la cubierta del libro. ¿Lo recomiendo? Sí, es una buena lectura al mismo nivel que Jo Nesbø.