Lo cierto es que es un relato cuando menos extraño. A ratos, familiar/cotidiano; en otros momentos, casi tétrico. Aun así, todo eso ocurre porque, con una prosa muy sencilla, Jon Bilbao consigue trasmitirte todas esas sensaciones a la perfección. No es una historia al uso, pero, desde luego, consigue captar tu atención de principio a fin. |