Araña

Tras haber leído el año pasado “Basilisco”, no podía pasar sin leer esta especie de continuación de la historia del Jon de nuestro presente y la del John Dunbar del Oeste (aunque ambos libros pueden leerse de modo independiente sin problema).

La obra nos sitúa primero en un presente en el que Jon es solo un niño y su padre continúa trabajando como supervisor en la mina. Un día vuelve a casa magullado y sin su coche habitual, puesto que una gran riada había provocado serios destrozos en la zona de la mina. Más adelante en esta historia sabremos que Jon se casó con Katharina y tuvo dos hijos, además de que trabajó en la supervisión de la mina como su padre y así conoció a Emilia, mujer por la que dejaría a Katharina. Su relato continúa en un viaje de Jon y sus hijos con Emilia a Estados Unidos mientras Katharina está en París con los hijos de su nueva pareja, y, por último, el tiempo en que Jon ha sido abandonado por Emilia y malvive en la casa de Ribadesella.

En el otro universo paralelo, el de John Dunbar, seguimos la estela del Basilisco, que se ha convertido en todo un icono de la novela del Oeste. al comienzo de la historia Dunbar se enfrenta al indio Lengua Azul, y es en este momento cuando descubre que en su interior tiene algo que él conoce como la araña, una especie de locura transitoria que lo posee y gracias a la cual su figura se ha convertido en mito. Durante parte del libro acompañará a unos peregrinos como guía en busca del Edén por un Estados Unidos desolador. En este grupo se encuentra Lucrecia, la hermana del líder (al que le habla esa Voz que les dirige al Paraíso), de la que se enamorará por ser diferente a todo lo que había conocido hasta entonces. La historia no terminará bien, es difícil encontrar un lugar perfecto que nadie más desee. Finalmente Jon y Lucrecia acudirán a la llamada del verdadero padre de Jon, poseedor de una extensa finca de la que quiere que Jon se haga cargo a pesar de la reticencia de Alejandra, la nueva pareja de su padre, que se encarga de gestionar el lugar.

De algún modo ambas historias están entrelazadas, quizás sean los desastres naturales que asolan ambos universos, o podría ser la araña que también embarga de tristeza a Jon. En cualquier caso, Araña ha conseguido engancharme de nuevo en su red, así que espero que el final abierto de esta novela implique que Bilbao vaya a continuar con estos personajes en un futuro próximo.

Me gusta este autor porque siempre me deja perpleja, ya que más allá de la historia contada, hay un submundo de alusiones, reflexiones e interrogativas. No es posible leer sus libros « al primer grado », es decir, quedándose sólo con la historieta, es necesario ahondar más. Su estilo es una literatura fragmentada, con capítulos bien hilvanados que nunca hacen perder el hilo al lector. Me recuerda el estilo de la Nobel polaca Olga Tokarczuk (cf Sobre los huesos de los muertos).

Araña es una secuela de Basilisco y de Los extraños, libros que me gustaron. El autor retoma los personajes reales (Jon el escritor y su entorno) y los ficticios (el personaje increíble del bandolero John Dunbar) y arma libros dentro de los libros creando un universo complejo, pero perfectamente armado. El escritor Jon Bilbao alega que no escribe auto ficción, pero el Jon de sus libros tiene muchísimo de un alter ego.

Araña tiene dos líneas narrativas : 1) el presente en Cantabria con Jon, un escritor que escribe relatos del Oeste con un personaje de pistolero; el entorno de Jon está en plena mutación : su ex, su actual pareja, sus hijos, la relación con el padre, etc. y 2) La ficción con las aventuras d'un John Dunbar en el Oeste americano, una especie de ideal masculino, verdadera bomba "testosterónica », que mata todo lo que puede cuando pierde la cabeza, y entonces se le llama Basilisco y todos lo temen, aunque el hombre lee La Ilíada… ; esta vez John Dunbar está en plena mutación también, porque se ha humanizado con el conocimiento de una mujer especial, Lucrecia, que lo hará verse de manera diferente, más humana, menos heroica.

La araña simboliza en cierto modo esa alimaña que podemos llevar todos dentro de la cabeza y que de vez en cuando nos corroe la psiquis. La araña nos da una imagen triste, melancólica, apesadumbrada, con un sentimiento de culpa algo extraño. Jon, el escritor ficticio del libro, trata de zafarse de la araña escribiendo sus relatos. (En francés tenemos una locución que se utiliza bastante, « avoir une araignée au plafond » para designar un loco (no psiquiátrico), perturbado, chiflado, deschavetado, etc).

Jon Bilbao dice que le fue difícil escribir los libros precedentes, pero que ahora se deja llevar por sus sentimientos, es más emotivo. El final del libro es abierto, porque John Dunbar y Lucrecia viven una traición tan grande que necesita una réplica. Y Jon Bilbao está escribiendo la continuación de la saga para la felicidad de sus lectores con el firme propósito de darles un final respetuoso a los personajes, queriendo despedirse bien de ellos.

Magnífico Jon Bilbao que sabe escribir con extrañeza sobre los entornos familiares, que utiliza los viajes como catarsis y el resultado son libros que no se parecen a otros.