El término medio entre los extremos no es a menudo más largo que la cuerda rígida por la que avanzamos por un prodigio de equilibrio. Montaigne no responde a todos nuestros problemas. Lo hemos dicho y lo hemos repetido, Montaigne no descendió a los infiernos. Nos enseña modestamente a no transformar la vida en un infierno. Y esto ya es bastante difícil.
|