Cada palabra nueva que sumas a tu vocabulario tiene cierto poder. Puede hacerte petulante o simple, cultivado o interesante, inteligente, soez o maleducado. Una simple palabra puede elevante o aniquilarte.
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Cada palabra nueva que sumas a tu vocabulario tiene cierto poder. Puede hacerte petulante o simple, cultivado o interesante, inteligente, soez o maleducado. Una simple palabra puede elevante o aniquilarte.
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A lo largo del día veía más zapatos que caras y aprendí que, si la cara es el espejo del alma, los zapatos son, sin duda, su realidad.
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¿Cómo seguir adelante cuando lo que más quieres lo has dejado atrás? Alguien contestaría que mis huellas son el camino y nada más. Que se hace camino al andar y que, al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. |
-El primer beso lo conseguiste gracias a Bécquer, querido. Fue después que me conquistaste con Neruda. -¿Estás segura de eso? Mi madre se acercó a mi padre clavando sus ojos turquesa en él. - ¿Qué es poesía? -pregunto juguetona. - ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú. |
Si algo descubrí esas semanas es que las guerras más duras son las que se libran en nuestro interior. Son las trincheras que se enfangan en nuestra alma y que solo sirven para que podamos escondernos de nosotros mismos. De la persona que un día fuimos y de la que no volveremos a ser
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La venganza y el amor siempre van de la mano. Cuando al fin te rindes y déjate buscar, es cuando por fin llama a tu puerta.
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Lo que no sabía Espartero es que el corazón de las ciudades reside en su gente. Así que podría bombardear Barcelona cada diez años sistemáticamente y seguiría topándose contra el mismo muro. Podría magullarla, mutilarla y herirla cuanto quisiera, pero las bombas jamás alcanzarían su corazón. Y mientras el corazón de una ciudad siga latiendo, el pueblo siempre puede alzarse de nuevo.
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Ojalá tuviéramos más tiempo. Ojalá fueran otros días. Ojalá nada de esto hubiera pasado. Ojalá, ojalá... Pero hace mucho que acepté que estos son los tiempos que nos han tocado vivir, igual que estas son las decisiones con las que viviremos. |
Si existiera un momento concreto en el que la felicidad, de pura, dejara de ser efímera, habría sido ese.
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—¿Qué es para ti un franquista, Homero? —Alguien que mata republicanos. —Vale, me lo merezco. Aunque no me creas, te entiendo. |
La guerra del fin...