Orthodoxia

Este libro consta de 6 partes en 85 capítulos. En ellos, el autor, magistralmente, va desgranando una historia que como en las muñecas rusas con cada capítulo la historia y los personajes van adquiriendo profundidad.
La historia se desarrolla en Santiago de Compostela pero transitamos por lugares como Cuenca y León. En ellos el autor nos muestra distintos hechos históricos relevantes para la historia y desconocidos para la gran mayoría, ya que como dice su contraportada, nos hace ver estos hechos desde otra perspectiva. Además de historia encontramos arte sacro, ya que nuestros tres protagonistas se relacionan con el Patrimonio, la Ley, la Religión y la Arqueología.
El autor demuestra un dominio absoluto sobre las historias de cada personaje haciendo de ellos unos perfectos conocidos para nosotros en el discurrir de sus 474 páginas. Se nos van convirtiendo en unos personajes redondos y determinados por sus vivencias.
Es la primera vez que leo un thriller. Lo elegí porque la trama sucedía en Santiago y yo tenía previsto hacer el Camino de Santiago. Una vez allí, una de nuestros acompañantes iba a realizar el camino en coche y no se llevó ningún libro, por lo que acordamos que le dejaría Orthodoxia por las mañanas mientras yo andaba y yo lo leería por las tardes. Y así lo hicimos, yo se lo dejaba en el asiento del copiloto por las mañanas y ella me lo devolvía cuando nos juntábamos para comer. Esa ha sido la metahistoria y el viaje en “La Vía Láctea” del libro. Y tanta fue la emoción con las que ambas nos contábamos los distintos descubrimientos que se daban en el libro que ya tenemos lista de espera para leer el libro entre nuestros oyentes.
Está escrito de una manera tan magistral que tras su lectura siento ese vacío existencial y el vértigo ante la duda de si el siguiente libro me llenará tanto o no. Este libro me ha abierto el mundo del thriller, la mafia, la búsqueda de reliquias, la avaricia y arrogancia del ser humano.
Lo recomiendo tanto para las personas expertas en la novela negra como para los amateurs. Sí publicase otra novela, no dudaría en leerla.

Asesinatos, intrigas y misterios; un colectivo sectario con un enorme poder que harán lo que crean necesario para lograr su objetivo. Una historia que va fluyendo página a página, suave y denso en un principio para convertirse poco a poco en raudo e inquietante enganchando al que está en el otro lado, incitándole a seguir, para así descubrir el misterio que se esconde entre las piedras de antiguos edificios, protegido durante siglos.

Aquellos que hayan leído la anterior novela de este autor se encontrarán con aspectos familiares. Bértolo es amigo de introducirnos poco a poco en la trama, encuadrándola históricamente y ofreciéndonos los datos precisos para que logremos seguir las mil vueltas por las que nos llevará, como medio de transporte una investigación que se remontará siglos atrás, estando las pistas en el patrimonio arquitectónico del Camino Santiago. Tal vez haya lectores que no se encuentren a gusto con esta manera de proceder, al encontrarnos con muchísima información, que en ocasiones se nos torna excesiva, pero que a la larga se nos volverá necesaria para lograr disfrutar al máximo de este entramado de secretos.

Otro aspecto ya conocido, es el hecho de retroceder en el tiempo para comenzar a desarrollar el tamiz en el que jugarán los contendientes, aquellos que investigan ciertos asesinatos, incluso algunos casos sin resolver de otras épocas; y esos otros escondidos en las sombras, poderosos y pertrechados con las últimas tecnologías y un fanatismo que pone los pelos de punta, que pretenden hacerse con el control absoluto de la humanidad.

Como consecuencia de lo anterior la historia va de menos a más cogiendo hacia la mitad un ritmo vertiginoso que incita al lector a seguir leyendo. Es así y gracias a toda la información que en un principio nos ofrecieron que sin darnos cuenta llegamos a la página 474.

Tal vez lo más característico, a parte del estudio minucioso de la Orden de Santiago, sean los personajes. Las posiciones están claras exceptuando alguno que otro que se pasará al bando contrario. Sorprende sin duda la familia Menz y su sala de los Evangelios; descubriremos un micromundo donde la palabra de uno solo se antepone sobre su progenie y aquellos que cohabitan con ellos y lo que no logra con su palabra se valdrá del dinero o la muerte, para salir siempre victorioso. Sus ideas y hasta donde ha llegado para lograrlo en verdad que impresionan.
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Este es uno de esos libros que te convencen por la sinopsis, pues tiene muchos elementos atractivos como secretos perdidos en la noche de los tiempos, intriga ubicada en un lugar tan emblemático para la historia como Santiago de Compostela, un par de protagonistas que parecen tener una personalidad marcada ya de entrada, etc. Quizá por eso mismo te puedes crear unas expectativas demasiado elevadas, como fue mi caso. Y no es que el libro defraude, pero me ha parecido que una de sus principales virtudes puede lastrar a la vez su resultado final, a pesar de ser un libro correcto que ofrece lo que presagia la sinopsis. Me explico: es un libro para leer sin prisas, con (mucha) parsimonia, y ese exceso de parsimonia a mí me ha pesado en el cómputo global..

Por otra parte, al tratarse de intriga histórica, no está destinado a -ni será apreciado por-, todo tipo de lectores, pues debes prepararte para un aluvión de datos que reflejan la concienzuda documentación por parte del autor, pero que, como dice la protagonista a veces, amenazan con convertirse en una conferencia de expertos. Parece más destinado a un público erudito e iniciado en el tema de la Orden de Santiago que al común de los mortales.

Con todo lo anterior, si lo tuyo no es leer a ritmo lento a nivel de experto en la materia, te costará meterte en la historia. Me pareció que lo más gallego de la novela en sí, era la parsimonia. Como digo, hay lectores que disfrutan con ese ritmo pausado. Para mi gusto, se hace un tanto repetitiva y da la impresión de moverse en círculos. Que a la hora de desentrañar un misterio de siglos no es cuestión de hacerlo en media hora, cierto, pero casi puedes sentir que viviste una suerte de agotador camino de Santiago virtual hasta completar el libro.

Te gustará si te van las conspiraciones históricas al estilo de El Código da Vinci, aunque en la comparación, Orthodoxia queda poco trepidante. Es un libro que claramente tiene su encanto e interés, pero en mi caso, el deseo de adentrarme en una Galicia misteriosa se vio truncado en el desarrollo, que no logró transmitirme demasiada emoción, por su "ensamblaje" y por un un estilo narrativo un tanto frío en mi opinión.

Lo más positivo del libro es poner en el mapa parte del legado y la riqueza cultural que tenemos en España; tan solo le falta ser más novela y menos acta notarial. Para conocedores o simpatizantes de lo compostelano tiene ese plus de interés. Por resumir, creo que le sobran páginas y le falta brío.
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Es una gran novela, que encantará tanto a los amantes de la novela histórica como a los amantes del thriller. Destacaría sobre todo el gran trabajo de documentación que se nota que hay detrás de esta historia, lo que aporta mucha credibilidad a la trama. Me han gustado mucho los personajes principales, que están muy bien construidos y en perfecto equilibrio, lo que le da solidez a la historia. Gracias a los numerosos diálogos y a los capítulos cortos, la lectura es muy rápida y fluida, salpicada de giros inesperados. Por ponerle una pega, la, en ocasiones, abrumadora cantidad de datos y la meticulosidad de los mismos hacían que en ocasiones sintiera que estaba asistiendo a una clase magistral sobre la orden de Santiago, y eso unido a los saltos temporales y el gran número de personajes, ha hecho que en ocasiones me costara un poco seguir la historia