Bautismo 1

La cultura nipona ha tenido siempre una fascinación espontánea hacia los espectros, los monstruos y los cuerpos deformes. Esto puede rastrearse hasta películas antiguas como Onibaba y, más atrás en el tiempo, los relatos de fantasmas de Lafcadio Hearn, titulados "Kwaidan". Existe toda una inclinación morbosa hacia esas realidades oscuras del alma humana, y los japoneses han sabido ser muy buenos cultores de lo extraño, de la otredad terrorífica que no podemos comprender.

Es inevitable entonces que todo este acervo se traslade al mundo del manga, como lo atestiguan autores ya de culto como Junji Ito, y como en el caso que nos ocupa, Kazuo Umezz, otro mangaka rescatado por el buen hacer editorial de Satori.

"Bautismo" nos introduce en un mundo de estrellas y fama, una vida de lujos y comfort donde nada es lo que parece, y donde la perversidad y el horror van infectando cada viñeta a medida que infectan la vida de la protagonista, Izumi Wakakusa, actriz exitosa que sin embargo ve cómo su rutina va siendo invadida psíquicamente por un elemento ultramundano que no puede comprender. Y es que ella guarda un secreto, un terrible secreto...

La trama aborda temas sensibles, como un embarazado no deseado por parte de Izumi, el tener que criar a una hija dejando de lado su carrera, la búsqueda de la belleza absoluta y eterna, y la obsesión por lograr metas autoimpuestas que se revelan imposibles de cumplir... Umezz convierte estos dramas mentales en el punto central de una trama reflexiva y a la vez delirante, a la vez que introduce el concepto del horror corporal como una subtrama escalofriante, con ecos de autores tan disímiles como Clive Barker y Oscar Wilde.

El dibujo es, a mi parecer, la gran apuesta del autor. Haciendo un manejo soberbio de las sombras y los grises, usando pinceladas que confieren un matiz perverso a rostros y bocas, destaca sobre todo su imaginación al diseñar a los niños protagonistas, dotándolos de un aire de inocencia que sabe esconder muy bien para luego, y sin que lo esperemos, revelarnos una realidad devastadora.

Kazuo compone unos primeros planos con caras demudadas, enfermas y desquiciada. Logra transmitir un desasosiego muy profundo sin tener que recurrir a diálogos cargados, de hecho el punto fuerte es que los diálogos son pocos y puntuales. Disfrutaremos de viñetas mudas en donde pasará todo, desde un llanto compartido entre madre e hija hasta la desesperación y el pánico de alguien que huye perdido en un laberinto sin salida. Máscaras de belleza impostada que se derriten al contacto con la realidad, obsesiones enfermizas y mutilaciones extrañas... "Bautismo" nos transporta por un infierno de decadencia visual, un mundo de depravación que si bien no existe todo el tiempo, en las escenas que aparece se muestra en toda su crudeza y dureza inexorables.

Satori nos ofrece una edición inmejorable en 3 tomos en tapa blanda con sobrecubierta, para sentir esta obra en su conjunto como una experiencia sumamente adictiva.