La operadora

La operadora es la primera novela que leo de Gretchen Berg y he podido disfrutarla gracias a la editorial, Duomo Ediciones, y la masa crítica de Babelio.
La historia nos traslada a Wooster, un pequeño pueblo de Ohio, donde Vivian, la protagonista, trabaja como operadora telefónica y se entera, al igual que sus compañeras, de todo lo que allí sucede.
Lo que más me ha gustado del libro es que la autora parte de las propias vivencias de su abuela para presentarnos cómo era la vida de los norteamericanos de los años 50 ya que, en mi opinión, refleja de un modo muy acertado el día a día de una localidad cualquiera y permite explicar, sobre todo a las nuevas generaciones, lo mucho que han cambiado el modo de pensar de la gente o las telecomunicaciones. Además, tenemos dos visiones diferentes que se entremezclan a lo largo de las páginas de la novela; por un lado, la de Vivian —desde que es niña incluso—, y, por contra, la de su némesis: Betty Miller, la pija más pija de todo Wooster.
El toque de intriga, además, es la guinda del pastel porque la curiosidad puede matar al gato, ja, ja.
Tal vez pueda resultar difícil empatizar con los personajes por algunos de los rasgos que les caracterizan, pero la mentalidad de las estadounidenses de esa época —con independencia de su clase social, como Vivian o Betty— era muy diferente a la actual, y eso debemos tenerlo muy en cuenta.
En cuanto a la edición del libro en papel, me ha encantado, y es tan cuidada como las que siempre publica Duomo Ediciones, ya que tanto la maquetación, como la textura y suavidad de la portada y su diseño me parecen todo un acierto y complementan el texto de Gretchen Berg a la perfección.