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En Nunca fuimos héroes nos encontramos con Gabo un comisario de policía retirado que pasa el tiempo en un bar y que mantiene una "relación" con la dueña del mismo. Pero la vida de Gabo dará un giro cuando su antiguo jefe le informa de la vuelta de Harri, un antiguo terrorista perteneciente a la banda ETA y el que fuera la gran fijación de Gabo. A partir de ese momento Gabo comenzará su propia investigación para averiguar por qué ha vuelto Harri y qué planes tiene, en su investigación contará con la ayuda de Estela una joven inspectora de estupefacientes. Con el paso de las páginas Gabo irá formando una relación con Harri pero durante su investigación también irá recordando parte de su pasado desde que salió de la academia y eligió como destino el norte, donde estuvo destinado en San Sebastián, en los años en las que las manifestaciones en la calle eran algo habitual y la lucha contra el terrorismo estaba al orden del día. El pasado de Gabo en especial es la más emocionante del libro, por un lado por todo lo que tuvieron que pasar Gabo y sus compañeros (las vigilancias, las investigaciones, la colocación se espías, los fracasos, etc.) y todas las vidas que se perdieron en el camino; y por otro lado por la parte de historia de nuestro país que enseña aunque los hechos de pasado ocurrieron hace unos 30 años solamente, pero fueron unos años negros para el País Vasco y para España en general. Sea realidad o ficción, es un libro que muestra desde el punto de vista de un expolicía todo lo que llegaron a hacer y lo que sufrieron en su lucha contra el terrorismo. |
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