Enterrado en vida

Cuando uno se muere es normal ir a parar al cielo, el infierno, o donde uno crea que debe, en la época lo seguro es el cementerio. Pero ser enterrado en ausencia, o por sustitución, eso si que da de que hablar, en este caso escribir.

Una historia ridículamente factible, y que ha sucedido en no pocas ocasiones, confundir al muerto con el vivo, enredosamente un pintor, con poco capital social, casi nulo en realidad, es confundido con su sirviente que fallece,

A partir de aquí se desata una serie de situaciones ridículamente burdas, o burdamente ridículas, aunque bien manejadas por el autor resultan al menos en una sonrisa, por su flemática ascendencia le otorga algo de rigidez al relato , al que por cierto es el único pero que le pongo, su falta de flexibilidad para imprimirle esa sensación de hilaridad .

Me ha gustado un montón esta novela, que dicho sea de paso me estaba haciendo falta. Una lectura muy ligera, para romper con situaciones difíciles relacionadas con el simple hecho de existir.

Similares a las que ocurren al pintor/ sirviente por el simple hecho de no ser el muerto , le toca literalmente “cargar con el muertito” o hacerse caso de su vida, que prácticamente es lo mismo … hasta que..

Todo por pintar pingüinos y policías ermitaño en medio de la multitud..

Enterrado en vida de Arnold Bennett (1867-1931)
¿Cómo llegué a este libro? Fue una de las recomendaciones de Aurora @auroraromeu.

Novela publicada en 1908. Ambientada en Londres, en la época victoriana.

Se plantea una situación curiosa y delirante. Un famoso pintor británico, Priam Farll, vive en compañía de su criado, quien se ocupa de todo. El pintor prefiere no tener relación con casi nadie. Henry Leek, el criado, enferma y acaba muriendo en la cama de su jefe. Cuando el médico confirma la defunción, al encontrarse este en los aposentos del señor de la casa, entiende que el fallecido es el pintor y éste no lo desmiente, haciéndose pasar por el criado.

A partir de ese momento, Priam Farll se convierte oficialmente en Henry Leek, el criado, sin que nadie se dé cuenta.

No os digo más…

Opinión personal en mi blog:

Enlace: https://www.cruzromon.com/en..

La novela me ha parecido poco más que un divertimento, una comedia amable, en ocasiones inverosímil, pero nadie dice que las comedias no puedan serlo, con la que pasar un rato agradable. Eso sí, en mi caso, que venía de leer a Guimarães Rosa, ha sido como, tras haber escuchado a Wayne Shorter, oír una canción de Alaska: sí, que muevo la pierna, que muevo el pie, pero nada de mil campanas sonando en mi corazón