No recuerdo jamás haber querido ser uno de los muchachos. No quería jugar en el equipo de nadie; no quería atenerme a todas las definiciones de lo que se suponía un hombre tenía que ser.
|
No recuerdo jamás haber querido ser uno de los muchachos. No quería jugar en el equipo de nadie; no quería atenerme a todas las definiciones de lo que se suponía un hombre tenía que ser.
|
Amar es el juego del dolor, Al, ¿no lo sabes? Pero vale la pena. A veces vale la pena.
|
Tenemos que conseguirte una vida -dijo. --A veces leer me hacer sentirme vivo. Lo dicho: tenemos que conseuirte una vida. |
Cuando se fue, me pasó por la cabea que sería bonito empezar a volverme amigo de la gente. Tener amigos. Amigos de verdad. No todo tenía que ser un amante en potencia. Lo vida no tenía que ser así.
|
Salió a la lluvia conmigo. Y juro que cuando estábamos ahí parados, los dos con las manos extendidas... juro que podía oír el latido de su corazón. Y pensé: qué lindo sería que ahorita se acercara a mí y me besara y que pudiéramos hacer de cuenta que estamos en una pinche película hollywoodense.
|
Había muchas risas. Me sentía solo. Y no me importaba. Era una de esas cosas, sentirse solo. A veces era mejor que estar con más gente.
|
Al carajo los países. Los odio a todos. Tú eres el único país que quiero.
|
Quería besarlo otra vez. A lo mejor él me besaría a mí. A lo mejor me quedaría ahí parado sintiéndome como un perfecto idiota, y ya. Yo no servía para esto. Nunca había servido. Algunos hombres son muy afables cuando aman. Yo era tentativo y torpe.
|
-Tú eres algo mejor que hermoso -dijo. -¿Qué es mejor que hermoso? -Interesante. Interesante es mucho mejor que hermoso. |
La edad de la inocencia