Durante un par de minutos me estuve preguntado cual sería la mejor forma de comenzar esta reseña, y después de un largo debate conmigo misma, creo que encontré las palabras adecuadas con las cuales empezar a hablar… ME ENCANTÓ. El libro nos cuenta acerca de Aristóteles y Dante, dos chicos que van formando una gran amistad a lo largo del tiempo, relatándonos acerca de la vida de cada uno y de todas las cosas por las que pasan juntos, fortaleciendo cada vez más dicha amistad. Recuerdo que quise darle una oportunidad a esta historia hace bastante tiempo, pero por motivos que desconozco (y que no llego a comprender por qué), lo dejé, ya que no me había podido enganchar desde el principio, tal vez porque tenía la tonta idea de que la trama tiraba más a lo filosófico que otra cosa, cuando, en realidad, estaba totalmente equivocada. Si bien admito que leía con miedo a que me volviera a pasar lo mismo que antes, me alegra poder decir que, con cada página que avanzaba, me iba enamorando aun más que la anterior. Es una historia bellísima, con personajes a los cuales les tomé mucho cariño y en los que requerían mi atención en todo momento. Las personalidades de Aristóteles y Dante son tan diferentes entre sí, pero que juntas, logran crear una conexión inigualable. Cada personaje lleva el peso de su historia consigo mismo, y a medida que te vas adentrando más en ellas, logran cautivarte por completo. Benjamín ha logrado crear algo tan hermoso que ya estoy extrañando a nuestro dinámico par. Con capítulos cortitos, lectura ligera y una historia que te engancha desde principio a fin, todos deberían darse la oportunidad de las grandes enseñanzas de este libro y conocer la única y hermosa amistad de Aristóteles y Dante. |