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Esta reseña es especial porque a parte de ser la primera del año, de la primer lectura, también es la primera que hago de mi autor favorito (Benjamin Alire Sáenz) y nunca creí que esto llegara a suceder, pero ya ven, todo se hace en la vida anes de morir, jaja. Así que espero esto salga bien porque con este sr soy puro fangirleo intenso, pero intentaré controlarme... La lógica inexplicable de mi vida nos narra la historia de Salvador, un chico de 17 años que vive en El Paso y está en su último año de escuela antes de ir a la universidad. Él cree que es un chico cualquiera, pues tiene un papá que lo ama, una mejor amiga y una perra hermosa, pero todo se comienza a complicar cuando la juventud comienza a atormentarlo: ¿quién es?, ¿qué quiere?, ¿por qué no se siente como los otros chicos? Lo que no sabe Salvador es que ese último año escolar será el que defina su vida. Habrá tantos cambios que no será capaz de controlar y solo le queda adaptarse y aprender a sufrir, aprender a silbar en la oscuridad... Okay, creo que hasta aquí voy bien. La trama es "sencilla", un chico que tiene que aprender a descubrirse y al mundo que lo rodea, pero Benjamin no puede hacer las cosas al aventón, no señores, porque lo especial que tiene el libro son las tramas de sus personajes, pues no es solo que Salvador viva con su padre, no, no, en primera, su padre es gay, su madre murió y él es adoptado, ¡pum!, nada normal con estos personajes. Así que en lugar de hablarles de la trama, que sí es sencilla (el autodescubrimiento y el lidiar con el día a día y sus sorpresas), les hablaré de los personajes: Salvador: nuestro protagonista. Como ya les mencioné es un vato de 17 años cuya madre murió y fue adoptado por un señor gay que le dio todo el amor de la vida. Salvi, de cariño, está en este proceso de encontrarse, buscar quién es, lidiar con el asunto de la universidad y los pensamientos sobre su padre biológico. Pero esto no lo hace solo, tiene a su mejor amiga Sam, su padre, su Mima (abuela) y una familia bien mexicana que lo ama mucho. Si les soy sincero, Salvador es un personaje que no se ganó mi corazón, pero es un buen protagonista. Sam: la mejor amiga de Salvador. Esta chica tiene una relación taaan complicada con su madre, o sea, ella está ausente todo el tiempo y tampoco tiene un padre con el cual hablar, así que está medio sola, pero siempre se apoya en Salvador y su padre. Ella se podría decir que es mi personaje menos favorito del libro: es irracional y mandona, además de un poco tonta. Vicente: el padre de Salvador. Sr V, como lo llama Sam y como yo también lo hice. OMG, este señor es un goal de la vida. Se los juro que cuando crezca quiero ser como él. Simplemente se ganó todo mi corazón, respeto, admiración y todo. Creo que ya lo mencioné, pero él es gay y no quiero imaginar todo lo que tuvo que pasar para poder criar a Salvador y hacerlo un muchacho de bien. Es que las palabras no alcanzan para describir su perfección. Saben, si leyeron Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo, creo que podrán identificar a un Dante maduro en el Sr V... o al menos esa es mi impresión. Fito: otro amigo de Salvador. Creo que él es el personaje que más potencial tenía por su historia: viene de una familia drogadicta y él se ha hecho cargo de sí mismo y ha salido por sus propios medios. Me encantaría leer un libro entero de él con la prosa de Benjamin. Uf, ya me imagino lo mucho que sufriría mi corazón y lo llenó que quedaría al finalizar la lectura. Y para el final lo mejor: la familia de Salvador. OMG. Simplemente hermosa. Cada que leía una escena con ella mi corazón se llenaba de alegría y sentía de verdad que estaba feliz. Verán, el asunto aquí es que la familia de Salvador es mexicana... bueno, de raíces mexicanas y adoptan toda la cultura que tenemos nosotros: tamales, ir a misa, familia grande con comidas familiares con todos, el amor incondicional de los abuelos, recuerdos hermosos creados de momentos dolorosos. Son corazón, son calidez, son amor. Y aquí está el asunto, llámenme loco o lo que sea, pero no recuerdo haber leído un libro que me hiciera tan feliz, o sea, feliz real. Mi corazón estaba lleno de alegría pura y no podía dejar de sonreír por la belleza. Era como estar en casa, en la casa perfecta. Pero que esto no los engañe, el libro no es feliz, de hecho está cargado de una atmósfera tan triste y desdichada, llena de odio, tragedias y personas perdidas que tienen que reencontrar el camino. Es un libro de historias difíciles endulzado con el amor mexicano. Por eso lo amé con el alma. Esa sería toda la reseña de hoy, no estoy seguro de si tiene mucha coherencia, pero por si queda duda: LEAN EL LIBRO. LEAN A BENJAMIN ALIRE SÁENZ. O sea, es mi primer lectura del año y ya tiene un lugar asegurado en mis favoritos del año, así de buena está. |
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