Primero de poeta

Cuando una poeta habla de sus experiencias en sus poemas siempre estos quedan abiertos a su vez a las experiencias de la lectora. En el caso de Patricia Benito tanto es así que en algún momento de la lectura de este libro no solo se puede empatizar sino también sentirse identificada con los sentimientos y pensamientos de la autora.

Los poemas que se reúnen en este volumen son textos sin filtros, sin obviar detalles de la vida de cualquier persona adulta. La autora no solo habla de momentos buenos, de aciertos y de felicidad, sino también de errores cometidos en el pasado, de desaciertos y de rechazos. Por esta razón es tan fácil sentirse identificada, quizá no con todos, pero sí con algunos de ellos.

Hay dos puntos que me han llamado poderosamente la atención. Por un lado, para Patricia Benito el tiempo no se cuenta en horas ni minutos sino en cervezas y en momentos vividos, felices o tristes. Por otro, para ella la salud mental es prioridad absoluta, y anima a la lectora a que también lo sea para ella.

En este poemario encontramos textos más largos quizá que en Tu lado del sofá, pero la esencia me ha parecido la misma: una especie de diario en el que volcar el alma, las inquietudes del día a día, los grandes y pequeños momentos, los sentimientos de caer al vacío y de volar. Una vorágine de sentimientos y vivencias explícitas muy interesante.

Me parece un libro recomendable por los temas tratados como las relaciones, el desamor, el amor propio, la amistad y el tiempo, entre otros. Un poemario ameno y con una gran carga de ideas que invitan a una lectura pausada y reflexiva.

Me gusta mucho la poesía moderna o contemporánea, así que bueno, descubrí a esta autora por casualidad y me animé a leer este libro.
Es un libro corto, fácil de leer, entretenido, si te gusta la temática este es tu libro, me ha gustado mucho las frases que contiene, algunas son muy profundas, y bueno, la verdad es que es muy recomendable.

Me gusta los temas que abarca, como temas sociales, donde se rompen mitos, y prejuicios, y está genial para gente de todas las edades claro, pero sobre todo para "introducirlos" en la poesía, que no tiene que ser aburrida, sino al contrario, fácil, fresca, ligera, amena, entretenida.

"Primero de Poeta", de Patricia Benito, es un libro de poesía, pero de poesía de ahora, de esos que te llegan si estás dispuesto a abrir la mente y leer entre líneas.

Con una prosa ligera y temas actuales, la autora habla sobre el amor, la vida, vivir y cómo vivir. Es uno de los pocos libros de poesía actual que me han gustado y creo que es debido a una visión de los temas que trata muy real y cercana y directa, sin tantas frases hechas (como suelo ver últimamente). La autora, además, tiene una forma de escribir que hace que empatice con ella desde el primer momento y que sienta todo, el amor y el desamor, la apatía o la felicidad que muestra entre sus páginas, por que, sí, entre sus páginas encontramos eso, descripciones reales de lo que es la vida.

En este libro tenemos una colección de poemas llenos de recuerdos, cicatrices cerrándose y de noches de cervezas sin final.

Algo que me encanta de Patricia Benito es que su estilo poético es compacto. Ella no necesita extender los poemas o aclararlos para transmitirlo todo. Con las palabras adecuadas te llena la cabeza con miles de emociones y te hace sonreír. Es por eso que siempre que la leo, encuentro mucha pasión y dedicación en sus palabras. Es como sí las eligiese con la intuición.

Nos habla de su primer contacto con la poesía, de las personas que son "hogar" para ella, de las tardes para olvidar, de los recuerdos con sonrisas y de la búsqueda de una vida nueva. Es un cumulo de cosas que se acaban convirtiendo en piezas importantes de su vida para seguir adelante.

Sobre todo quiero destacar la delicadeza con la que escribe los versos es sensacional, es como sí lo hiciese lentamente, escribiendo en el aire para luego plasmarlo en el papel tal y como le sale. Esa es otra de las cosas que más me gustan de ella: que su poesía es natural, no tiene edulcorantes para hacerla más bella.

Os recomiendo "Primero de poeta" sí ahora mismo sentís la necesidad de encontrar una mano amiga en la poesía, y de encontrar un pedacito de ti escondido entre las palabras. Su forma de transmitir y de conectarse con la persona que lo está leyendo por medio de palabras, hará que sonrías sin resistirlo.

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¿Cómo empezar la crítica de un libro de poemas que has devorado en dos sentadas y en el que has marcado más del 80% de las páginas? Difícil arrancar pero vamos a empezar por la manera en la que se autodefine la propia autora en la biografía que es especialmente representativa de lo que nos podemos encontrar en las páginas de su libro:

Nací en una isla y no sé nadar. He vivido en tres ciudades, nueve hogares y alguna casa. Me he enamorado una vez. He bajado corriendo de un tren en llamas y he visto explotar una bomba. No creo en las cosas que duran para siempre. O sí, no lo sé.
Las fresas, con leche condensada. Cada cierto tiempo necesito cambiar cosas de sitio, ya sean muebles, personas o toda mi vida. Si no viajo, no puedo respirar. Tengo incontinencia sentiverbal. Me pierdo en cualquier atardecer, a ser posible con mar. Prequiero demasiado rápido y desquiero demasiado lento. No recuerdo la última vez que me dormí pronto. Mido el tiempo en medias cervezas y no hago planes a más de cerveza y media.
Lloro en las manifestaciones cuando oigo a Labordeta. Te necesito cerca, pero no encima. Siempre voy con el más débil. No imagino un mundo sin queso, ni sin chocolate. Casi siempre es mejor dar que recibir, y no estoy hablando de sexo; no solo de sexo. La reina de mi casa es una gata coja que no para de ronronear. La empatía debería mover el mundo, no solo el mío.
Si has leído hasta aquí, te puedes quedar.

Me siento fielmente representa en este texto, ya no sólo en las cosas que dice sino, más bien, como las dice. Porque mis fresas siempre irán con leche condensada o alguna otra sustancia que las endulce y las potencie. Porque no podría vivir sin queso ni chocolate. Porque pienso usar los términos "prequiero" y "desquiero" el resto de mi vida (aunque confieso que el prequiero ya lo usaba desde hace tiempo gracias a Primos de Daniel Sánchez Arévalo). Porque todos deberíamos ir siempre con los débiles y empatizar un poco más para poder mover el mundo y para ello, lo mejor es viajar y cambiar de perspectiva.

En los poemas podemos encontrar una sensibilidad difícil de explicar, de los que te ponen la piel de gallina y tienes que cerrar el libro para respirar hondo y reflexionar porque te has visto reflejada en ese texto. Por supuesto que habrá algunos con los que te puedes sentir más o menos identificada, pero no creo que haya dudas de que puede haber un texto para cada persona o para cada momento.

La temática va mucho más allá del amor que, por supuesto, también tiene su importancia. Toca temas como la crítica social al aparentar en vez de disfrutar del momento, alabanzas al carpe diem y a cambiar las cosas que no te gusten, a superar los miedos y los problemas y a amar sin medida siempre que el destinatario seas tú mismo. Preguntarse que hubiera pasado si, montarse una película y vivir en ella. Reencuentros con personas que te tocan el corazón (personas y días que te mueven y son magia, para bien y para mal). Aprovechar el momento en el que eres feliz, ser feliz con lo que se tiene, buscar lo positivo... y respirar.

Todo eso y mucho más podréis encontrar en textos, en esta prosa poética que se te mete dentro. Millones de gracias Patricia por tus textos, por tu cercanía y por ser tan visionaria. No sólo he devorado tus poemas sino que voy a volver a ellos, a leerlos y releerlos. A reflexionar sobre ellos, a saborearlos y a memorizarlos. Si esto es primero de poeta, no quiero ni imaginar como será segundo.
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'Primero de poeta' puede sonar a manual de poesía de una primeriza, que no es del todo mentira, pero va mucho mas allá de esa premisa. Porque es fácil reconocer cuando una persona ha transitado por infinidad de baches en su vida y se encuentra en un momento en el que la apetece compartirlos, hacernos sentir menos solos y arroparnos con unas alas que, quizá, pronto, nos sirvan para volar.

Ella forma parte de la nueva lírica, la nueva poesía que se deja leer con facilidad y no busca ser pomposa ni vestir de gala, al contrario, te visita en pijama y expone sus intimidades como si fueras un viejo conocido. No sé vosotros, pero prefiero mil veces al valiente que se sincera y te descubre sus miedos que a los vendedores de humo, esos que fingen que todo va bien y nada les duele. Y no hablo sólo en literatura, en la vida real también abundan y son de lo más pedante que te puedas encontrar. Pero volvamos al poemario, mejor.

En algún lugar leí que parte de su pasión por la poesía se la contagió Escandar Algeet, mi paisano, y se nota porque no sólo es él quien escribe el prólogo de ésta obra, sino que también se cuela entre algunas de sus páginas.

El mensaje central del poemario es un derroche de optimismo realista, del que te incita a vivir, a disfrutar, a ser quien eres y no desaprovechar el tiempo. Y lo hace sin recrearse en tonterías que suenen a propaganda publicitaria, sin mierdas edulcoradas, a la cara.

En la segunda mitad del poemario tuve la sensación de que el ritmo aumentaba y era imposible parar de leer. Creo que el motivo es que ahí es cuando más alterna páginas en blanco con otras en negro, pero además incluye fotografías (Por cierto, que la mayor parte de estas y el diseño interior han sido obra de la propia Patricia) que hacen su lectura mucho más interactiva, más visual, más íntima. Y no quería olvidarme el tema del diseño porque creo que sin duda es uno de sus puntos fuertes. Cómo juega a colocar los títulos en los márgenes de las páginas, a saltear frases y citas sobre páginas en negro, o el colofón final donde en lugar de decirnos cuándo fue impreso, nos dicen que se produjo "mientras el amor tomaba las plazas y en algún lugar alguien decía muy bajito: Ojalá tú aquí". Vamos, que desaprovechar los espacios no la debe gustar.

Además he podido comprobar que al releerlo lo saboreas aún más, siempre hay un sentimiento escondido a la espera entre sus páginas. Un indispensable para hojear de vez en cuando y refrescar nuestras ideas.

No sé si lo tuyo es la poesía, pero a todos nos gusta expresarnos libremente de vez en cuando y esos fueron precisamente los orígenes de ésta publicación. Así que confío en que te sientas identificado entre sus textos, como hice yo. O que disfrutes del mimo con el que se nota que han trabajado en él. Porque esas cosas se notan, se transmiten y perduran. Y hay algo muy especial en los sentimientos perdurables.

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Escogí este libro en un momento en el que necesitaba sentarme y dejar que la vida pasara algo más lenta durante unos minutos. Necesitaba recrearme en las palabras con el objetivo de distraerme y encontrar algo de calma entre tanto estrés y carreras de un lado a otro. al ser poemas, yo podía decidir cuando paraba y cuando lo cogía para una breve pausa de café. Pero resulta que me lo leí de una sentada.
Me encanta la facilidad que tienen algunas personas de expresarse a través de las palabras y de crear algo tan bello en forma de poemas. Primero de poeta es el primer poemario publicado de Patricia Benito pero no por ello es menos talentoso o está menos pulido que otras obras. Con poemas claros, concisos y emotivos llega a transmitir, a conectar con el lector y, lo más importante, nos hace sentir. Ahora tengo curiosidad por el contenido y tono de sus siguientes libros, Tu lado del sofá y Cada noche te escribo.

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Precioso libro de una autora joven llena de frescura y de sensibilidad, que nos muestra con sus poemas retazos de su vida, y al mismo tiempo te hace sentir como si fuera tu vida propia. Sencillez y emoción es lo que se desprende de su lectura, con un lenguaje que te llega al alma y hace despertar tus sentimientos.

«Me gusta perderme en las librerías,
el silencio de las bibliotecas
y tus noches de poesía».


[ pensaba que me llegaría más, que podría sentir esa conexión cuando lees poesía, pero no ha sido el caso ]. Quiero seguir intentándolo y leer alguna de sus otras obras.