Allí, bajo aquellos árboles, está una mujer una chiquilla..., una, señorita. -Es la señorita Rosario. Mi prima nos ve... Deja solo al clérigo y echa a correr hacia la casa.. Es muy bonita -Como un sol Se ha puesto mas encarnada que una cereza. |
Allí, bajo aquellos árboles, está una mujer una chiquilla..., una, señorita. -Es la señorita Rosario. Mi prima nos ve... Deja solo al clérigo y echa a correr hacia la casa.. Es muy bonita -Como un sol Se ha puesto mas encarnada que una cereza. |
Eran aquellos varones insignes lo más granado de la ilustre ciudad propietarios ricos los unos, pobrísimos los otros; pero libres de altas aspiraciones todos. Tenían la imperturbable serenidad del mendigo, que nada apetece mientras no le falta un mendrugo para engañar al hambre y el sol para calentarse.
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Pepe Rey solía emplear, a veces, no siempre con comedimiento, las armas de la burla. Esto casi era un defecto a los ojos de un gran número de personas que le estimaban, porque aparecía un poco irrespetuoso en presencia de multitud de hechos comunes al mundo y admitidos por todos. Fuerza es decirlo, aunque se amengüe su prestigio: Rey no conocía la dulce tolerancia del condescendiente siglo que ha inventado singulares velos de lenguaje y de hechos para cubrir lo que a los vulgares ojos pudiera ser desagradable.
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"Pepe Rey se hallaba en esa situación de ánimo en que el hombre más prudente siente dentro de sí violentos ardores y una fuerza ciega y brutal que tiende a estrangular, abofetear, romper cráneos y machacar huesos." (Cap.XIV).
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"Amor, amistad, aire sano para la respiración moral, luz para el alma, simpatía, fácil comercio de ideas y sensaciones era lo que Pepe Rey necesitaba de una manera imperiosa. No teniéndolo, aumentaban las sombras que envolvían su espíritu, y la lobreguez interior daba a su trato displicencia y amargura." (Cap.XII).
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"El juez era un mozalbete despabilado, de estos que todos los días aparecen en los criaderos de eminencias, aspirando recién empollados a los primeros puestos de la administración y de la política." (Cap.X).
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"Pero lo principal de Rosario era que tenía tal expresión de dulzura y modestia, que al verla no se echaban de menos las perfecciones devque carecía. No es esto decir que era fea; mas también es cierto que habría pasado por hiperbólico el que se la llamara hermosa, dando a esta palabra su riguroso sentido." (Cap.IV).
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"¿Eso que tenemos es el Cerrillo de los Lirios? ¿Pero dónde están esos lirios, hombre de Dios? Yo no veo más que piedras y yerba descolorida. Llamen a eso el Cerrillo de la Desolación y hablarán a derechas. Exceptuando Villahorrenda, que parece ha recibido al mismo tiempo el nombre y la hechura, todo aquí es ironía. Palabras hermosas, realidad prosaica y miserable. Los ciegos serían felices en este país, que para la lengua es paraíso y para los ojos infierno." (Cap.II).
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Es verdad que yo no sé lo que vale el arte, cuando se le disgrega de los sentimientos que expresa... pero en fin, hoy es costumbre adorar la forma, no la idea...
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Pepe Rey se hallaba en esa situación de ánimo en que el hombre más prudente siente dentro de sí violentos ardores y una fuerza ciega y brutal que tiende a estrangular , abofetear, romper cráneos y machacar huesos
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises