Cádiz

Con el convencimiento de que me iba a perder mucho por leer Cádiz sin haber leído los Episodios Nacionales anteriores, busqué un pequeño resumen de lo acontecido al protagonista, y narrador, de esta primera serie. Me encontré con este blog y esta magnífica entrada que me ayudó a entender un poco de dónde venía Gabriel de Araceli, su periplo hasta llegar a Cádiz, y el origen de Inesita y el resto de los personajes que son comunes a otras novelas. Así recordé que un Gabriel ya mayor nos va a contar todo lo que le ocurrió desde que era un jovenzuelo y acabó participando en la batalla de Trafalgar. Y lo cuenta como un cuento, si me permitís utilizar ambas palabras en la misma frase, convirtiéndose en un narrador increíble, cercano, sincero, a veces incluso divertido, y gran conocedor de la historia que ha vivido.

El valor de esta novela no se centra solo en la calidad narrativa y de transmisión del autor, capaz de pintar un escenario cercano y accesible a pesar de la distancia temporal entre él y el momento del que habla y entre nosotros y ese mismo momento, sino también en conseguir contar lo que ocurrió en España y cómo lo vivió el pueblo, con toda su alegría, su preocupación y, sobre todo, su verdad. de esta manera, se van mezclando personajes ficticios con una gran cantidad de personajes reales, y la acción se desarrolla alrededor de todo lo que aconteció en la Guerra de Independencia, y, concretamente, en la proclamación de las Cortes en Cádiz en 1812. Esa escena en la que unos testigos inocentes e ignorantes asisten a una sesión de las Cortes y uno de ellos no deja de hacer preguntas sobre lo que significa lo que están viendo es maravillosa.

Cádiz nos habla del pensamiento, de las distintas corrientes sociales, de la manera de entender lo correcto, del liberalismo, de lo nuevo y lo antiguo, de la Regencia, de las partidarios de Fernando VII... y, además, entretiene con líos de amor y desamor.

Aunque Benito Pérez Galdós es un maestro en el arte de la narración nada ligera, sus diálogos son maravillosos, muy inteligentes y llenos de ironía. Creo que esa faceta de sus textos me ha encantado en este libro. Tanto dicen esos diálogos que pueden ser en sí la parte más interesante de la novela porque hace a los personajes más humanos.

La historia que se desarrolla en esa Cádiz sitiada, en la que se celebran unas Cortes esenciales para acabar con el absolutismo y cambiar el concepto de Estado que hasta entonces se tenía, es sencilla, divertida y, a veces, como si fuera un sainete, con amores, desamores, silencios, engaños, matrimonios no deseados, madres sobreprotectoras y divertidas situaciones que incluyen un florete, un duelo o un secuestro. de una manera sencilla, asistimos a esos días en Cádiz, a sus calles, a sus tertulias y conversaciones alteradas. El autor consigue que nos creamos que así fueron las cosas, o por lo menos yo me lo he creído, además de "entretenernos" con las desventuras de los personajes. Interesante que uno de los personajes que desencadenan los hechos sea un noble inglés, Lord Gray, un advenedizo de todo lo británico y un enamorado de la naturaleza española.


Sinceramente, me descoloca este Gabriel Araceli porque, si bien es el narrador de toda la historia, en la que recuerda y comparte con nosotros los hechos y las conversaciones con bastante detalle, él habla poco de sí mismo; él describe la ciudad y su gente y lo que pasaba a su alrededor; no sé si es por mi falta de conocimiento al no haber leído las anteriores, pero me cuesta ubicarle entre todos los grupos sociales y políticos que hay; en muchos momentos tenía la sensación de que se dejaba llevar por la marea. Sabemos que se siente español, pertenece al ejército, luchó contra los ingleses, ahora lo hace contra los franceses, ha estado enamorado, y en este libro duda de la correspondencia de su amor, pero según donde está o con quién está, actúa de una manera o de otra. Me resulta raro que siendo el que habla sea el que menos se inmiscuya hasta prácticamente el final. Es un observador, y nos hace observadores a nosotros, los lectores.

Gabriel se acomoda allá donde está y todo lo hace para conseguir lo que quiere. No sé si es propio de su carácter o si simplemente es la manera que ha tenido de sobrevivir allá por donde va.

Además, tenemos a Inés, doña María, doña Flora, Amaranta, don Diego y otros personajes que conforman el elenco de esta historia y que dan sentido al escenario que Benito Pérez Galdós recrea.

Si releo lo que he escrito, me doy cuenta de que tampoco he explicado nada nuevo, pero poco puedo yo aportar ante un libro de este calado; simplemente confirmar que me sigue gustando la manera en la que este autor cuenta historias, y me gustan, sobre todo, sus personajes y cómo consigue perfilarlos a través de pocos detalles. Creo que el valor histórico de este texto es altísimo, dando la sensación de que has estado allí y de que lo has vivido como alguien del pueblo. Por lo demás, Gabriel se siente traicionado y actúa pensando cómo hacérselo pagar a los que cree responsables de esa traición.

Ha sido interesante reencontrarme con don Benito, como se le llamaba en las múltiples tertulias literarias a las que asistió toda su vida.


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Cádiz es el octavo libro de los Episodios Nacionales de Galdós y sigue las andanzas de Gabriel durante las Cortes de Cádiz, siendo este ya más un joven militar que un pícaro como en las primeras novelas.
Creo necesario empezar destacando la edición de este libro por tres aspectos que lo hacen mucho más interesante:
En primer lugar, contiene un prólogo de Alberto Romero Ferrer, profesor de Literatura Española en la Universidad de Cádiz que no solo explica y matiza muchos elementos literarios y de la ficción sino también históricos.
En segundo lugar, contiene tres tarjetas en las que podemos admirar algunas partes del borrador manuscrito de la obra, con la caligrafía y hasta los tachones de Galdós.
En tercer lugar, todo el libro está aderezando con múltiples ilustraciones del Cádiz de la época, de los personajes históricos que la pueblan pero también de algunos momentos cumbre de la obra.
De este modo, recorreremos la capital de la España Independiente, paseando entre salones burgueses y tabernas, asistiendo a las Cortes y escuchando discursos de los que después escribirían la primera Constitución Española. Pero no solo eso, porque los Episodios Nacionales son algo más que visitas históricas.
Los Episodios Nacionales son también la historia de Gabriel (de) Araceli, su proceso para medrar, sus amores con doña Inés o sus disputas con Amaranta, sobre todo en la primera serie de Episodios.
Así, en este episodio en concreto, conoceremos a Lord Gray, un noble inglés que resulta ser algo más que el estereotipo de inglés romántico; a doña María, casi un precedente de Bernarda Alba; a don Carlos, viejo noble que se cree Don Quijote; o Doña Flora como la matriarca benevolente y contrapunto de María.
Todo ello junto a la brevedad de los capítulo consigue que sea una lectura rápida y amena, sobre todo para aquellos que conozcan un poco de lo que ocurrió durante esos tiempos y que, en definitiva, te transporta no solo al lugar sino a las ideas que lo conformaron.

La historia transcurre desde febrero de 1810 hasta mayo de 1811 y en ella se refleja el ambiente que se vivia en la ciudad de Cádiz con la convocatoria de las Cortes Generales; la expectación que despertó la primera sesión de las Cortes en la Isla de León y cómo se vivían las siguientes sesiones entre el publico asistente a las sesiones y en las tabernas de Cádiz. En la novela vuelven a aparecer personajes reales conocidos pero la novela vuelve a estar dedicada casi por completo a los amores entre Gabriel e Inés. Gabriel se trasladó con el ejército al sur en el anterior episodio. Inés y su familia se encuentran en Cádiz. Inés vive con la condesa de Rumblar, que quiere casarla con su hijo.nés y las dos hijas de la condesa viven sin salir de casa solo para ir a misa. Las visita Lord Gray, un noble inglés que vino a España para ayudar en la lucha contra los franceses, y que desata los celos de Gabriel porque cree que va detrás de Inés. Después de muchos disimulos, engaños, entradas, salidas, raptos y duelos... Gabriel lleva a Inés a casa de a condesa Amaranta, su verdadera madre y con quién vivirá a partir de ahora. Gabriel y ellas abandonan Cádiz.
Resumiendo: una lectura amena, que engancha. La historia resultan más interesante contada por Galdós que en los libros de historia; pero creo que a unacontecimiento tan importante como la I Constitución, se le podría haber sacado más jugo.

Teniendo en cuenta que los Episodios Nacionales están formados por 46 novelas, leer 'Cádiz' ha sido como empezar un edificio de 46 plantas por el octavo piso.

Tenía otra idea de estas novelas. Pensaba que se centraban fundamentalmente en un hecho histórico, pero gracias a este libro he descubierto que no es así. El hecho está presente, sí, y en momentos se centra en ello, pero es una novela en la que hay casi de todo.

Es el retrato de una época, de una ciudad sitiada por los franceses y en plena ebullición por la creación de las Cortes de Cádiz. Cortes que, por supuesto, no gustan a todo el mundo. Eso de que la soberanía nacional resida en el pueblo y se reconozca la libertad de imprenta provocaba la división entre los que veían con buenos ojos estos cambios y los más conservadores, partidarios de que las cosas se quedasen como estaban.

Pero también es un trocito (porque aparece en 9 de las 10 novelas de la primera serie de los Episodios) de la vida de Gabriel de Araceli, que protagoniza y hace las veces de narrador, y que está enamorado de una jovencita llamada Inés. Así que en las páginas de este libro hay amoríos, picaresca, incluso algo de intriga, y un conservadurismo en personajes como doña María, que mantiene a sus hijas atadas en corto, asfixiadas, con necesidad de soltarse para coger oxígeno y poder vivir.

Es una lectura muy entretenida, en momentos graciosa. Me ha encantado el lenguaje que utiliza Galdós, con algunas palabras dignas de ser apuntadas para usarlas y que no se olviden. Tampoco me he sentido demasiado perdido a pesar de ser la octava novela, puede leerse sin problema porque te pone bastante en contexto. Eso sí: como me ha dejado muy buen sabor de boca, buscaré los Episodios desde el inicio para comenzar la casa por los cimientos.
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Cuidadísima edición de Cazador para este episodio nacional ambientado en 1810, en un Cádiz convulso, centro de una gran actividad política, a la vez que es asediado por la tropas francesas.
En este entorno, Galdós hila una maravillosa novela romántica, picaresca, quijotesca, narrada con exquisita singularidad y con un dinamismo más propio del siglo XX que del XIX.
Una maravilla repleta de grandes momentos, de inmensas reflexiones, de temas que podrían tratarse como de actualidad, y con un elenco de personajes muy carismáticos y perfectamente construidos.
Una joya que está muy por encima de obras maestras de la literatura universal con mucha más relevancia en la historia de la literatura universal.