Seremos Atlántida

“Seremos Atlántida”, de Joan Benesiu, Premio Ciutat de Barcelona 2020, ha sido uno de los libros más exigentes a los que me he enfrentado este año.

Empezando por el argumento, ya de por sí diferente e interesante, el cual se va volviendo cada vez más complejo conforme avanza la historia; siguiendo por el estilo del autor, a caballo entre la narrativa y el ensayo, con párrafos que son auténticas disertaciones y con abundantes referencias culturales; y terminando por la carga histórica de la novela, cuyos personajes son el instrumento de que se sirve el autor para hacer un profundo ejercicio de recuperación de la memoria histórica de Europa, a través de sus viajes y sus reflexiones.

Un libro, como digo, exigente, trabajado, documentado y excelentemente plasmado, tan original como necesario, pero el cual (supongo que os imaginabais que aquí venía un “pero”) no he sabido o podido disfrutar como se merece. Como digo a menudo, a pesar de que objetivamente soy capaz de vislumbrar todo lo bueno que tiene la obra, por lo que sea no he sabido conectar con ella, no sé si por mi momento vital, por mi apetencia literaria actual, o llamadlo equis, pero la realidad es que ha sido un libro que, no voy a negarlo, me ha costado terminar.

Una pena pues, como os digo, la premisa me llamaba profundamente la atención, la ejecución me ha resultado impecable, pero la parte de conexión e inmersión en la lectura, esta vez, no ha sido del todo satisfactoria.

Seremos Atlántida inicia con un punto de inflexión, un viaje que cambiará a nuestro narrador, ya no tanto por el destino sino por el contenido. Desde el momento en el que entran en su vida Mirko Bevilacqua y, a través de su historia, Clara, su carácter protagónico empezará a desdibujarse, en un ciclo en el que paisaje, territorio y anonimato van entrelazándose, forjando una historia de historias, donde cobran gran importancia los hitos del pasado y las propias ciudades que recorreremos junto a la enigmática triada.

Joan Benesiu nos traslada a una Europa tan explorada como pendiente de recorrer, tan llena de historias como anónima, tan real como ficticia, en la que el lector puede deleitarse con los datos que se nos aportan sobre historia y cultura, entregarse al misterio que rodea a sus personajes o impregnarse de la reflexión subyacente sobre el devenir de la historia, el paso del tiempo y el papel que jugamos en el mundo.

El estilo narrativo de Benesiu es bello, cargado de elementos que nos transportan directamente a lo narrado, pero quizá me atrevería a decir que no para todos los públicos (o mejor dicho momentos), puesto que nos invita a una lectura pausada, reflexiva, plagada de datos sobre lo que fue, es y será.

Seremos Atlántida es una combinación de literatura de viajes, autobiografía y ensayo histórico, y como tal hay que enfrentarse a esta obra. En mi caso, el hecho de haberla comenzado sin saber muy bien lo que iba a encontrarme, me supuso en un primer momento que me costara cogerle el punto.
En esta combinación, el autor nos acerca a una historia europea que, aunque por momentos pueda resultarnos muy lejana, durante este ensayo nos hace conscientes de su presencia en la actualidad. Un acierto asegurado para cualquier amante de la historia europea, ya que el autor consigue trasladarte por todos los paisajes y momentos históricos que se recorren durante el ensayo.
Como hilo conductor, Benesiu se sirve de tres protagonistas realmente interesantes, que desarrollan a lo largo del libro una relación muy atrayente y de los que me he quedado con ganas de conocer más, ya que se quedan algo difuminados por el desarrollo del ensayo en sí.
Además de plasmarnos hechos históricos, al más puro estilo ensayístico, se acompaña de reflexiones que al menos para mi han sido la clave en esta lectura. Me ha gustado especialmente una reflexión sobre el turismo en la actualidad y lo que implica monetizar ciertas historias y espacios.
Me parece importante destacar que, si no eres lectora habitual de ensayo, y mucho menos histórico, como es mi caso, hay momentos en los que la lectura puede resultar algo densa. Pero, en conjunto, me parece que merece la pena.