Las niñas o como suceden las cosas

Leer un libro de poemas de la valenciana Mar Benegas es como asistir a un homenaje a la infancia en estado puro, y Las niñas o cómo suceden las cosas no es para nada una excepción. Nada más abrir este volumen encuadernado en tapa dura y con originales ilustraciones nos encontramos ante una declaración de intenciones de parte de las dos autoras: “Para las niñas que nunca tendrán este libro entre las manos”.
Y qué decir de Litera Libros, tan valenciana como la autora del texto, y que se define como una editorial que pretende colaborar en la crianza de los pequeños y ofrecer una colección de experiencias infantiles que van desde las inevitables refriegas hasta los juegos, las confidencias y los sueños que se comparten no en una sola cama sino en la pluralidad que caracteriza a una litera.

Con este libro se demuestra más que nunca que la poesía es una ventana para observar el mundo y que la lectura es un instrumento donde la palabra es todopoderosa. Libros de poemas sí, pero de calidad y con mensaje. Literatura para niños sí, pero para niños capaces de asomarse a la realidad que les rodea y ser conscientes de que hay otros no tan privilegiados como ellos y que sufren injusticias que todos debemos conocer.

Un paso más hacia la poesía entendida como el vehículo de comunicación por excelencia y el lugar donde se hace más factible el poder liberador y sanador de la palabra. Reflejo del ritmo y de la belleza, la poesía infantil es única, hasta el punto de afirmar que no se puede construir una buena biblioteca sin una colección de poemarios para niños, ni memoria colectiva que no guarde unos versos aprendidos de pequeños para conjurar el miedo o celebrar lo logrado


En el poemario es fácil observar cómo la voz narrativa se va difuminando para dar paso al protagonismo coral de una serie de niñas que ocupan un lugar en el mundo que resulta poco agradable. Pese a los nombres “esperanza”, “alegrí” o a la libertad de “pájaro”, detectamos un toque amargo respecto a la realidad de pequeñas que conocen la injusticia, el dolor y la privación. Una poesía plena y reivindicativa, como en otros libros de la autora, pero ahora especialmente centrado en las niñas.

La ilustradora es la bilbaína Rocío Araya, que goza de una amplia trayectoria ilustrando libros infantiles y juveniles, y que en este caso ha sido especialmente generosa tanto en la gama de colores como en la delicada técnica. Las imágenes a lápiz, en pintura acrílica o en un collage ingenioso, se suceden en una combinación perfecta para acompañar poemas de títulos sugerentes y de contenido un tanto amargo, pero lleno de aliento.