Dividido en tres partes "Vivir", "Adrede" y "Cachivaches" esta última conformada por aforismos o cuasiepigramas con resultados dispares, como el libro en general. La primera parte son prosas que reflexionan sobre un tema, en una o dos páginas, numeradas pero muy alejadas de las apátridas ribeyrianas. La segunda igual, aunque es un poco mejor, porque tiene más relatos que son lo mejor de este desangelado compendio. Parece que, como a Vargas Llosa, los últimos años golpean fuerte, como si hubieran sido hechos mal adrede.
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