Martina con vistas al mar

Martina es una joven chef que busca crecer como profesional. Trabaja duro para conseguirlo, pero siempre se choca con algo que no le deja abrirse más: con ella misma. Martina obtiene el trabajo de sus sueños en el restaurante El Mar, liderado por un chef al que admira, Pablo Ruíz. La joven chef empieza su aventura en el restaurante tras romper una relación de 10 años por su imposibilidad de tener hijos y se encuentra algo desbordada a nivel emocional.

La filosofía de El Mar es muy contraria a la forma de ser de Martina, rompe con todo lo ortodoxo y se aleja de cualquier patrón esquemático. Martina entra en conflicto con su forma de ser, que requiere flexibilizarse tras su inicio en el restaurante. Ahí es cuando Pablo Ruíz entra en juego.

El joven chef transporta a Martina a un mundo por descubrir: el de las emociones improvisadas. Martina se sentirá abrumada por la posibilidad de sentir emociones que hace tiempo que no sentía, y eso la hace crecer como personaje, aunque de vez en cuando tenga encontronazos con los muros que la rodean.

Pese a que la historia de Martina es la principal, la autora también da espacio en el libro a sus dos mejores amigas y compañeras de piso: Amaia y Sandra. Las formas de vida de ambas son antítesis, pero se complementan.

Se trata de un libro que engancha y con el que es fácil sentirse identificado con alguno de los personajes. Es capaz de hacerte sentir, sufrir y enamorarte de la forma de ver la vida de algunos de sus personajes. La trama, en algún momento, puede hacerse algo larga por los cambios de humor de Martina, pero a su vez, es una forma de reflejar los sentimientos de la protagonista. Es realista y sin tabús. Perfecta para mentes con ganas de devorar una historia de amor prohibido.